
El disco de presentación y despedida de los Sex Pistols fue uno de los últimos debuts de la camada fundadora del punk en llegar a las disquerías. Macerado mientras la banda luchaba con cambios de discográficas, censura y apariciones escandalosas en la prensa, Never Mind The Bollocks es el manifiesto -y también su contradicción- del buen punk: caos social y anarquismo por un lado; fashionistas, conservadores y grabaciones eternas por el otro. A 40 años de su publicación original repasamos cada uno de sus ingredientes para saber de qué está hecho uno de los discos clave de todos los tiempos.
Tiempo

La máxima punk “vive rápido, muere joven” suele asociarse con los Sex Pistols, una banda que necesitó un solo disco para pasar a la historia, que no sobrevivió a su primera gira cruzando el océano y cuyo bajista se convirtió en ícono al morir a los 21 años. Sin embargo, la frase no aplica a Never Mind The Bollocks. Todos los músicos que grabaron el disco (John Lydon, Steve Jones, Glen Matlock y Paul Cook) siguen vivos bien pasados sus sesenta años y todos tuvieron vida musical después de su último show, en San Francisco en 1978. Los Pistols vivían rápido, pero grababan lento. Never Mind… comenzó en octubre de 1976 y finalizó su proceso un año después, una eternidad para las bandas punks de ese momento: a comienzos de 1977, The Clash grabó su debut en 3 semanas y The Damned hizo lo propio en un día. Los Pistols llegaron tarde a la fiesta que ellos mismos habían organizado, pero con un álbum mucho más pulido y con muchas más capas musicales que los de sus colegas.
140 caracteres
Una de las características fundamentales de los Sex Pistols era la de saber cómo hacer saltar a una sociedad conservadora. El papel de Johnny Rotten, su vocalista y letrista, era vital para prender esa mecha, que se comunicaba en frases cortas. De hecho, su ingreso a la banda fue luego de despertar el interés de Malcolm McLaren y Steve Jones cuando lo vieron por la calle usando una remera que decía “Odio a Pink Floyd”. Never Mind The Bollocks está plagado de slogans provocativos y tremendamente efectivos: “Vacaciones baratas en la miseria de otras personas” es la frase que abre el disco, que luego expone el catálogo completo de la incendiaria visión de Rotten sobre el mundo. “No future” y “Soy un anticristo, soy un anarquista” son las otras frases inmortales del álbum.

Moda

En general, las bandas tienen un lugar fundacional donde se conocieron los integrantes o donde hicieron sus primeras armas. Estas locaciones suelen ser un bar al que concurrían religiosamente, una esquina del barrio o una disquería. En el caso de los Sex Pistols, el origen fue una tienda de ropa SEX, propiedad de Vivienne Westwood y Malcolm McLaren. El bajista de la banda, Glen Matlock era empleado del local que se transformó en el punto de encuentro con Jones y Cook. Todos los diseños de ropa que utilizaba la banda eran de Westwood, que rápidamente se estableció como una de las principales mentes estéticas del punk británico.
Nueva York
Tanto Westwood como McLaren tuvieron su prueba de fuego diseñando el provocativo look trans de los New York Dolls, y la banda despertó cierto interés en los medios, pero se quedó corta al buscar ser polémica en un momento donde casi todo lo que pasaba en Nueva York era marginal o escandaloso. McLaren fue manager de los Dolls y se llevó ese curso acelerado en marketing a Londres; por su parte, Westwood se llevó los diseños de los Dolls a su tienda, junto a algunos conceptos estéticos que vio en otro artista del circuito proto punk, Richard Hell. En cuanto a la música, Never Mind The Bollocks también difiere de los otros discos punks de la época, ya que en ningún momento busca dar velocidad a las canciones. En ese sentido, también está más cerca de las canciones de los New York Dolls que de las de The Clash.

Familia Real

En 1977, en Inglaterra se celebraba el año del jubileo de plata de la reina Isabel II. La sociedad inglesa veía y aprobaba un despilfarro de dinero para los festejos que tenía preparada la familia real. Un sector de la población no estuvo dispuesto a pagar por eso en momentos de recesión económica y plena suba del desempleo. Los Pistols se convirtieron en la cara de ese sector que despreciaba a la realeza cuando editaron justo en ese momento el single “God Save the Queen”. La canción fue rápidamente censurada en los medios, lo que provocó que reproducirla o comprar el disco fuera la forma de protesta más a mano para los disconformes. Más allá de gustos, escucharla era demostrar una opinión. Para los Pistols resultó pura ganancia: una canción prohibida era publicidad gratis, y el disco no hubiera sido lo mismo sin el apoyo de esa parte de la sociedad que se manifestaba en contra de la monarquía.
Prensa sensacionalista
Malcolm McLaren usó todo tipo de estrategias para que los Sex Pistols se mantuvieran más en la tapa de los diarios que dentro de la sala de ensayo. Declaraciones obscenas en un programa de TV, rumores infundados en la prensa escrita y las constantes prohibiciones que derivaron en tres cambios de discográficas antes de lanzar el disco desgastaron la relación entre el manager y Rotten. La banda quería tocar, pero mientras eso no ocurría, se volvía más rentable. Cuando los Pistols cayeron finalmente en Virgin Records, encontraron un sello dispuestos a seguirles la corriente apoyando a McLaren en la actuación de la banda arriba de un barco sobre el río Támesis en la previa al día del Jubileo. Prohibir sus shows era casi una moda, y para poder salir de gira la banda tuvo que modificar su nombre a S.P.O.T.S (Sex Pistols On Tour Secretly) y así probar el total del repertorio del disco antes de su salida.

Sid Vicious

No, Never Mind The Bollocks no está hecho por Sid Vicious por más que ya era el bajista oficial de la banda durante la etapa de grabación. Vicious no entró al estudio por dos motivos: sufrió una hepatitis que lo mantuvo inactivo durante un largo tiempo, y en ese período la banda contrató como sesionista a su miembro original, Glen Matlock. El segundo motivo fue que simplemente no lo dejaban entrar al estudio. Contrariamente a lo que se estila en cualquier disco de rock, la base de Never Mind The Bollocks es la batería y la guitarra, no batería y bajo. Steve Jones y, en menor medida, Glen Matlock se repartieron las tareas en las cuatro cuerdas, y por eso el álbum no incluye a Vicious en los créditos, a pesar de que ya llevaba ocho meses como miembro del grupo.
Anarquismo
Si bien los Sex Pistols no son ni por cerca representantes fieles del anarquismo, sí son responsables de darle una exposición inusual al término. No hay otro álbum igual de masivo cuyo corte principal lleve la palabra “anarquía” en su título. La portada del single de “Anarchy in the UK”, así como el resto de la iconografía de los Sex Pistols, estuvo a cargo del artista Jamie Reid, que profesaba esa ideología, y se dice que fue él el que le inculcó el concepto a Lydon. La tapa del single era completamente negra, el color elegido para identificar a los anarquistas, y a pesar de que la autoría de la portada de Never Mind The Bollocks nunca quedó clara, los recursos y colores utilizados son los que Reid venía usando en su trabajo en diferentes publicaciones militantes.

Aborto

La canción “Bodies” describe un sangriento aborto practicado por una paciente de un instituto mental, un caso real del cual había escuchado John Lydon. La letra tiene un fuerte tono antiabortista, a pesar de que el cantante trató siempre de evitar sentar posición sobre el tema y cada vez que se lo consultó dio respuestas ambiguas. “Bodies” es una de las dos canciones del álbum que no está firmada por toda la banda: Glen Matlock se negó a grabar su parte, aunque, con el álbum ya transformado en clásico, no tuvo problemas para tocarla en las inconstantes reuniones de la banda. Los Pistols tocaron la canción ante una audiencia integrada por chicos durante el día de Navidad de 1977. “A los niños les encantó”, dijo Lydon.