Jerry Lee Lewis, pionero del rock and roll, murió hoy a los 87 años. La noticia la dio a conocer su familia a través de redes sociales, después de que esta semana se informase erróneamente su fallecimiento en la prensa estadounidense.
Autor de clásicos como “Great Balls of Fire” y “Whole Lotta Shakin’ Goin’ On”, Lewis era el último sobreviviente de la camada de fundadores del género, junto con Elvis Presley, Little Richard y Chuck Berry. Si bien todos tenían al riesgo y la provocación como denominador común, el pianista llevó las cosas allá, lo que le valió el apodo de “The Killer”, por sus performances excesivamente energéticas y rabiosas.
Dueño de un estilo (literalmente) incendiario, Jerry Lee Lewis desarrolló una manera por demás rabiosa para tocar su instrumento, llegando a usar su talón derecho para tocar las notas más altas del piano, patear su taburete o incluso terminar su performance parado sobre la tapa de su instrumento. Con el pasar de los años, al entrar en la madurez, Lewis se reinventó como músico de country, pero volvió al rock and roll a finales de los 80.
La excentricidad de sus presentaciones en vivo eran también un relato de una vida privada que supo escandalizar al sector más conservador de la sociedad estadounidense. Lewis se casó por primera vez a los 16 con la hija de un pastor, pero a finales de los 50 fue noticia por casarse en secreto con Myra Gale Brown, su prima, por entonces menor de edad: él tenía 22; ella 13. En 1992, cuando llevaba ya seis años sin publicar material nuevo, visitó la Argentina para presentarse en el teatro Gran Rex, un show recordado por haber durado menos de lo esperado, pero que fue todo lo enérgico que se esperaba que fuera, a juzgar por el audio disponible en YouTube.
