04/02/2018

El día que Guns N' Roses atravesó la pantalla

Dulces niños tuyos.

Archivo
Guns N Roses

A principios de 1988 y a poco más de cinco meses de haber editado Appetite For Destruction, a Guns N' Roses no le preocupaba demasiado que las ventas de su disco debut no terminaran de arrancar, y seguía su derrotero de presentaciones para alimentar su creciente fama de ser la banda que había llegado para quedarse.

El último día de enero de ese año, aterrizaron en el crudo invierno de New York para dar un recital a medianoche en el Limelight, una vieja iglesia en el centro de Manhattan reconvertida en boliche rockero. Pero la fecha trascendente en la historia de la banda sería la de unos días después, el 2 de febrero en el ya célebre Ritz, un viejo teatro en el que MTV realizaba un ciclo de shows en vivo para transmitir en exclusiva y por donde ya habían pasado artistas como Iggy Pop, The Cult y Gene Loves Gezebel entre otros.

Axl Rose y compañía que ya conocían el mítico recinto -un año antes había tocado allí como una banda más, casi sin luces, ni telón con su logo de fondo- llegaban esta vez dispuestos a todo. El estatus del grupo como un de los más salvajes del momento hicieron que las poco más de 1500 entradas para esa noche volaron en minutos.

Sin demasiada demora, Guns N' Roses dio comienzo al show con la intro de bajo de “It’s So Easy” a cargo de Duff McKagan. En poco más de una hora, la banda repasó casi todo su disco debut más “Knocking On Heaven’s Door” y “Mama Kin, de Dylan y Aerosmith respectivamente, covers que ya eran parte de sus presentaciones y que años después tendrían sus versiones en estudio.

En tiempos donde los relatos y registros corrían a una velocidad muy distinta a la actual, y en los que comprobar la veracidad de lo que se decía que había ocurrido en un recital era mucho más complejo aún, la viralización analógica del recital terminó por definir al vivo del grupo como único e imperdible. Con cassettes VHS y canales de música como transmisores de un boca a boca catódico, el mundo fue testigo del despegue definitivo de los Guns N' Roses. Lo que se veía en las grabaciones era una manada de cinco tipos que actuaban como si se conocieran de toda la vida, cada uno con una personalidad de esas que no se fabrican. Su sonido era crudo, sin filtros y arraigado en las expresiones más salvajes que el rock había dado hasta ese momento.

Con ese show en The Ritz, todos aquellos que nunca los habían visto en vivo comprobaron que Axl Rose, casi desconocido para el gran público, era un diamante en bruto, repleto de carisma y energía vocal. A su lado, Slash explotaba en cada solo de guitarra y su personalidad escénica fue descrita mejor que nadie por el propio Axl esa noche: "Mitad hombre, mitad bestia. Lo que sea, es raro, está enojado y se llama a sí mismo Slash”. Izzy Stradlin con su camisa blanca, chaleco negro y su gorra de canillita (demasiado inspirado en Andy McCoy de Hanoi Rocks) ponía la cuota de misterio mientras la base a cargo del altísimo Duff, enfundado en cuero negro, y el siempre sonriente Steven Adler se solidificaba como la mejor que tendrían los Guns N' Roses en toda su carrera.

Guns N Roses

“Queremos dedicar esta canción a la gente que quiere detenerte, a las personas que te dicen cómo vivir, cómo vestirte, cómo hablar, qué podes decir y qué no" dijo Axl antes de "Rocket Queen". "Yo no necesito eso, no necesito esa mierda en mi vida. Esas son las personas que me deprimen y me hacen sentir que ahí afuera hay alguien tratando de atraparme". El espíritu irreverente del grupo se hacía carne más allá de las canciones y Axl delineaba su perfil de frontman peligroso en una de las noches más inspiradas de los Guns N' Roses.

Pero Slash, que casi nunca hablaba, también se animó a avivar ciertas polémicas en torno las letras del grupo. “Voy a presentar este tema y no voy a decir nada ofensivo para que pueda salir en TV", comentó en modo irónico para dar comienzo a "Nightrain". "Esta canción no se trata de andar bebiendo, ni de adicciones a las drogas o cosas por el estilo. Esta canción se trata sobre caminar por el parque”. Apenas como una muestra de lo encendidos que estaban esta noche, basta ver con la forma en la que Axl se tiró al público durante "Paradise City", para ser rescatado por tres asistentes y volver al escenario sin remera y con la mitad de sus pulseras.

Aunque en Argentina aún no había aterrizado MTV, el desaparecido canal Music 21 consiguió el show y desde mediados de 1989 lo pasó en alta rotación. Para toda una generación local, fue el primer contacto visual con el grupo que dos años más tarde llegaría a la cima y recién en diciembre de 1992 debutaría en Buenis Aires para comenzar su idilio con el público argentino. Guns N’ Roses @The Ritz, que nunca tuvo su edición oficial, es el mejor registro de aquellos primeros años de la banda, con la formación original del disco debut. En cada segundo de cinta, quedó demostrado que aquello de que  eran "el grupo más peligroso que haya salido de Los Angeles" era mucho más que un mito.