24/08/2021

8 bateristas argentinos despiden a Charlie Watts

Al Maestro, con cariño.

Charlie Watts

Charlie Watts, el hombre que le puso el pulso a los Rolling Stones, murió hoy a los 80 años, pero su legado hace décadas que es parte de la cultura mundial. Y en especial para los bateristas, sus colegas, que siempre valoraron su estilo y sus aportes al conocimiento sobre el instrumento.

Por eso, esta vez quisimos que la despedida la hagan ocho reconocidos bateros argentinos. A continuación, sus homenajes en primera persona.

Roy Quiroga (Ratones Paranoicos)

Charlie es un baterista excepcional, la columna vertebral de una de las mejores bandas de rock del mundo, y consiguió con el paso del tiempo un estilo inconfundible: lo escuchás tocar y, sin saber ni leer los créditos, te das cuenta de que es Charlie el baterista. Pasa en todos los discos en los que toca como invitado. Alguna vez leí que decía: "Tengo un muy buen trabajo, me pagan muy bien por hacerlo y trato de hacerlo cada día mejor". Así era Charlie.

Para el resto de los Stones, Charlie era el líder y la persona a quien recurrir siempre.
En el año 95, en los camarines de la cancha de River, se me presentó y me dijo “Soy Charlie Watts”. ¡Y sí! Al parecer, así era el hombre: humilde, respetuoso y muy querible. La pérdida física seguramente sea dolorosa para su familia y sus amigos más cercanos. Para mí es inmortal, ya que su música, sus apariciones en videos de shows y demás quedan para la eternidad. ¡Gracias Charlie!

Charly Alberti (Soda Stereo, Mole)

Definitivamente, Charlie Watts fue uno de los grandes bateristas, por lo menos para mí, y su muerte me dejó golpeado. Era un tipo extremadamente dúctil, inteligente, un gran baterista de jazz que le dio a la banda un sonido claro y específico de lo que son los Stones. Además, era un tipo tremendamente ubicado en su lugar humano y musical, y su partida deja un hueco enorme dentro de la música y en quienes lo admiramos desde chicos. Fue parte de mi formación como baterista junto con Ringo Starr: bateristas que tocaban para la música y para la banda. En el caso de Charlie, él ya era un gran baterista cuando se unió a los Stones y tenía una capacidad muy superior -si él hubiese querido- para demostrar sus habilidades como virtuoso. Sin embargo, él siempre tocó para la música. Eso es algo que mi papá me inculcaba, y es lo que siempre hice y hago.

Diego “Panza” Castellano (Babasónicos)

Desde chico me influyó. Lo que siempre me gustó de él fue su poder de síntesis, de tocar lo menos posible, pero con un swing y una comunicación totales. Cada golpe suyo, su sonido, su estilo, transmite completamente lo que la música de los Stones requiere. A la vez, la técnica que tenía, la forma de afinar, están entre las cosas que siempre me sorprendieron. Cuando fui a ver a los Stones a La Plata, llegué con bajas expectativas, digamos, pero el show me pegó por todos lados, fue impresionante... Indescriptible el show y el público: es como el show de todos. Me enfoqué en ver a Charlie: los movimientos, lo que hace, cómo toca. Me volvía loco que en todos los temas quería hacer un pase re complicado, que no entraba; lo intentó en muchos temas y lo lograba de distintas maneras. Parecía que iba a desarmarse, que iba a romperse, porque era un anciano con espíritu adolescente tocando como un adolescente. Es como un contraste: toca muy tranquilo, como relajado, y afuera explota. La proyección que tiene de él hacia afuera es exponencial. Eso es arte.

Después, investigando un poco a partir de ese día porque quedé re flasheado, miré imágenes, y claro, es una batería Gretsch clásica de hace 50 años con un pedal de bombo de hace 60 años: él solo fue perfeccionando el sonido que usó siempre. A la vez, tiene una forma de tocar única, por eso su sonido es único: no le sobran golpes, no le falta nada... es pura transmisión. Se me hace difícil bajar a las palabras porque es pura emoción. Uno dice 'Sí, bueno, falleció Charlie Watts'... Me pongo re triste pero, por otro lado, entiendo que a esa edad, 80 años, mirá todo lo que anduvo, lo que hizo, lo que provocó... ¿Qué se le puede pedir?

Andrea Álvarez

Con la muerte de Charlie Watts se empiezan a morir cosas que uno quiere y sostiene en la historia de la historia de nuestro gusto y de nuestra cultura. Y creo que es una de las personas más cool de la historia del rock en toda su dimensión. No solo como baterista: como músico, como representación de algo, por la entereza que tuvo siempre, el estilo, las convicciones que sostuvo. Lo digo sin conocerlo, por ahí el tipo no era así, pero lo que se veía para afuera lo hace inmenso. Si bien tiene lógica que una persona de 80 años se muera, y sobre todo si vivió tan lindo, con él también muere una forma, un estilo, una manera de ser… Se muere algo que es lo que me gusta a mí. Entonces da bronca, tristeza, angustia, da un montón de cosas. Creo que Ringo, Charlie Watts, un montón de ese tipo de personajes, no se tendrían que morir nunca. Y, de hecho, no se van a morir nunca en nuestro interior.

Ariel “Topo” Raiman (Pericos)

Para mí, Charlie Watts es un gran batero por muchísimas cosas. Primero, porque creo que era el motor de los Stones y el que te hacía bailar. Cuando vos escuchas la música y bailás, es porque Charlie está haciendo lo que tenía que hacer. Además de todo eso, tenía su propio estilo, cosa que también es muy importante en un músico. Tenía ese set de batería, esa Grestch -siempre tuvo la misma- con unos platillos chinos al revés, y era increíble cuando en vivo veías ese monstruo que era el escenario todo gigante, y el pibe con ese set chiquitito haciendo mover a todo el mundo.

Fue un batero emblemático. Para mí hay como una tríada, que son Ringo Starr, Keith Moon y Charlie Watts: de esos tres viene todo lo que hoy en día todos conocimos como bateros de rock. Encima después se metió con la música disco, el reggae, el jazz, y a todo le puso su estilo, su impronta. Era un genio y es una tristeza total que se haya muerto. Pero por otro lado, tocando a los 80 años... Siempre que yo pensaba “me estoy haciendo grande”, de inmediato me tranquilizaba: "Bueno pero si está Charlie Watts tocando, hay que seguir tocando". Era un referente.

Daniel “Pipi” Piazzolla (Escalandrum)

Estoy muy consternado, me tomó por sorpresa la muerte del gran maestro. Siempre fue una influencia, sobre todo por su groove, por su forma de armar la batería, por su sonido más jazzero que rockero. Pero, bueno, sonaba rockero: hí había un equilibrio justo increíble. Fue un batero a quien también le gustaba mucho el jazz en el formato big band. Tuve la suerte de escucharlo así. Y algo que destaco mucho es que siempre mantuvo su set armado igual desde que arrancó hasta el día de hoy. Batería de cuatro cuerpos, medidas para tocar rock pero con una configuración bastante jazzera: tres platillos, un hi-hat. La verdad, estar durante tanto tiempo en un mismo grupo habla bien de los Rolling Stones como banda y de él como individuo. Todos son importantes en un grupo y me parece que eso también es un gran ejemplo a seguir. Amo los grupos, amo la música hecha por grupos; prefiero mucho más eso que un solista. Y bueno, los Rolling Stones tenían eso gracias a estos cuatro integrantes.

Leo De Cecco (Attaque 77)

Nos dejó un legado tremendo de música y ritmos, no sólo con los Stones sino también con su banda de jazz. Era un batero con un sentido de la musicalidad increíble y un groove espectacular. Lo vi en vivo todas las veces que vino con los Stones y tengo el recuerdo de la ovación que se llevaba cada vez que tocaba. Su manera de tocar, el sonido de tocar con su batería Gretsch amarilla, el sonido que tenía tanto para el rock como para el jazz... Fue un gran baterista que influyó a miles de bateristas. Mucho respeto y admiración por todos estos años de música y todo su legado. ¡80 años muy bien vividos!

Luciano “Lulo” Esaín (Acorazado Potemkin, Valle de Muñecas)

Para mí es referente total. Mis bateros favoritos siempre fueron Ringo y Charlie Watts, como mis bandas de cabecera son los Beatles y los Rolling Stones. Charlie tiene eso de esos bateros de los 60, que habían arrancado estudiando jazz, porque los bateros que tocaban y enseñaban eran bateros de jazz. Entonces él tenía eso de agarrar el palo con el groove tradicional, que es una cosa bien de jazz. Tenía ese groove, ese golpe, que está más en el tacho y en el ride que en el bombo. Y tenía eso de seguir al guitarrista: no era el batero que mandaba, era un batero que acompañaba lo que estaba pasando. Es un concepto re lindo para tocar la batería: acompañar lo que está sucediendo y lo que están haciendo todos los demás, no pasar al frente ni nada. Eso es bien de batero de los 60 y Charlie Watts es el mayor exponente de ese tipo de batero. Para mí siempre fue una referencia y como puedo trato de tenerlo en la cabeza en la manera de armar los grooves y acompañar a los que están tocando conmigo. Eso es lo más lindo que tiene escuchar y entender la manera de tocar del chabón y cómo se mete dentro de lo que está pasando en la banda.