21/12/2017

Los mejores 17 discos de 2017 según Silencio

Uy, se nos pasó el de Arjona...

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disquerías

Mientras en el mundo el rock ve perder su preminencia a manos de la música urbana, en la Argentina una camada de rockeros saltan del indie a las grandes ligas, con convocatorias que validan la idea de un recambio hecho y derecho. Y eso se nota en la selección de los 17 discos de 2017 (prometemos que 2020 paramos), que esta vez pusimos en orden de importancia. Cuando termines de leerla, ya podés descorchar la sidra o el champán.

17. At The Drive In - "In•ter a•li•a"

At The Drive In

Cuando At the Drive-In se separó en el 2002, el mundo era un lugar poco agradable. Una década y media después, nada parece haber cambiado, y eso alcanzó y sobró para que Omar Rodríguez López y Cedric Bixler Zavala abandonaran la complejidad progresiva de The Mars Volta. Todo en in•ter a•li•a suena acelerado y rabioso, una catarsis hardcore que apunta sus dardos al Estado, la Iglesia (la Cienciología, bah) y a una sociedad adormecida. Con un discurso que tira vallas de ser necesario, “At the Drive-In prueba estar en su mejor forma, como si el hiato de 15 años hubiera sido necesario para revitalizar un sistema muscular que demanda entrenamiento”, dice la crítica de Silencio.

16. Thundercat - "Drunk"

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Aunque casi siempre operando desde las sombras, Thundercat es una de las mentes más creativas de la segunda década del siglo XXI: su nombre puede leerse en créditos de los discos de Kendrick Lamar, Erykah Badu, N.E.R.D., entre otros. En Drunk, no sólo se muestra capaz de tocar el soul progresivo (Invisible meets Philadelphia International Sounds), también es capaz de componer hits hechos y derechos. Como prueba, "Them Changes" ofrece un beat irresistible y unos versos inaugurales de antología: "Nadie se mueva, hay sangre en el piso / Y yo no puedo encontrar mi corazón". En 24 canciones breves, Thundercat confirma que es mucho más que esa pequeña ayuda para sus amigos.

15. Lana del Rey - "Lust for Life"

Lana Del Rey

Lana Del Rey toma de tanto en tanto el control de la cámara y la apunta hacia el resto del mundo, con una mirada por momentos abatida y en otros esperanzada. En lo musical, con Lust for Life también amplía la paleta y a veces los colores logran trascender ese filtro de Instagram que transmite melancolía. Sin arriesgar demasiado, se puede aventurar que la vida en los Estados Unidos de Trump tiene mucho que ver en el volantazo de la cantante. “¿Es el final de una era? / ¿Es el final de América?“, se pregunta la ¿ex? diva en “When the World Was at War We Kept Dancing”. Y lo que propone es la resistencia… a su manera, claro. 

14. King Krule - "The OOZ"

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Diagnosticado en su adolescencia con trastornos mentales de distinto tamaño y calibre, Archy Marshall convirtió a su obra en una ventana con vista preferencial a su infierno interior. The OOZ es un recorrido vertiginoso propulsado por la bipolaridad, que va del punk jazz al trip hop de barrios bajos, y de ahí al rap y la música industrial tocada como si fuera rockabilly. Entre programaciones anémicas, guitarras con mucho reverb y escasas notas, y un flow cavernoso, King Krule entrega casi 70 minutos de un recorrido denso como anticipo de una catástrofe inminente, el equivalente sonoro al misil tierra / aire que surca el cielo en su portada.

13. Björk – "Utopia"

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Después de un disco lleno de dolor post divorcio, Björk compuso su álbum Tinder. Entre flautas, sonidos de la naturaleza y el aporte de Arca, la cantante islandesa salió al mundo luego de su propio vía crucis emocional. "Imaginá un futuro y abrazalo", canta sobre el final de Utopia para cerrar con la certeza de que, si el ser humano está condenado a ser libre, ella está condenada al futuro.

12. The National - "Sleep Well Beast"

The National

“¿Dónde estabas cuando necesité tu ayuda? / Pensé que si asomaba mi cabeza, vos romperías tu caparazón?”, canta Matt Berlinger al comienzo del séptimo disco de The National. Y si hasta ahora la banda de Ohio había construido una obra que giraba alrededor de sus propios demonios internos, Sleep Well Beast suma a la ecuación el desencanto con Donald Trump y los miedos de la vida adulta que atormentan a su vocalista. A mitad de camino entre Nick Cave e Interpol, el grupo logra sacar a relucir la belleza que se esconde detrás del desasosiego.

11. Usted Señálemelo - "II"

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“Venimos a explotar y vamos a ello / en medio de la oscuridad”, advirtió a principios de este año Usted Señalemelo con aires de megalomanía adolescente. Esa promesa no fue en vano: II, su segundo álbum, posicionó a la banda mendocina como una de las grandes revelaciones de la música local. Con este disco, Juan Saieg, Gabriel Orozco y Lucca Beguerie Petrich lograron romper las estructuras propias y ajenas. A sus influencias naturales del rock argentino les incorporaron grandes arreglos de cuerdas y un cuerpo de vientos bien funky que hacen que el recorrido por las 11 canciones oscile entre un pop espacial bien oscuro que coquetea con el baile y el groove. En “Puedo morir, puedo caer”, la canción que cierra el disco, esperan encender el fuego y ver todo arder. Por ahora, las llamas crecen.

10. Noel Gallagher's High Flying Birds - "Who Built the Moon?"

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Who Built the Moon? es el álbum en el que Gallagher hace borrón y cuenta nueva con su propio legado compositivo”, dice la reseña de Silencio sobre el disco del ex Oasis. Cansado del reclamo de entregarle a su público un nuevo “Don’t Look Back in Anger”, Noel pegó el volantazo creativo que eludió durante mucho tiempo.  Lejos de buscar cómo revivir fantasmas del pasado, en su tercer álbum el hermano mayor de Liam esquiva sus propios formulismos para dar con una colección de canciones que navega entre la psicodelia, el alt folk, el glam y la propia historia de la música de Manchester.

9. Luca Bocci - "Ahora"

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En su álbum debut, el mendocino Luca Bocci toca una fibra popular de los cantautores del rock argentino (Fito Páez, Luis Alberto Spinetta, Miguel Abuelo), pero lo que lo distingue de las decenas de imitadores que pululan es que él no es imitador. Compuestas y grabadas en la intimidad de su habitación, sus canciones -personales, honestas, profundas, sensibles- se abren hasta el cosmos gracias al desprejuicio hacia las texturas electrónicas. Como un plato exquisito, Ahora tiene un gusto familiar, y al mismo tiempo, a una combinación de sabores que no se había probado antes.

8. Lorde - "Melodrama"

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Si Pure Heorine fue prometedor, Melodrama es contundente. De la introspección de Kate Bush al placer maximalista de Katy Perry, Lorde navega en su segundo disco por todas las aguas el pop mainstream, pero, a diferencia de sus competidoras, lo hace exponiendo “todo el glamour, todo el trauma y todo el puto melodrama” que habitan en su interior. Sin perder profundidad ni misterio, la cantante nacida en Nueva Zelanda entrega, con agudeza abrumadora, un magnífico caleidoscopio de la juventud 2.0.

7. Los Espíritus - "Agua ardiente"

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Lo de Los Espíritus es blues, es latino, es psicodélico: todos los elementos suenan conocidos, pero en la yuxtaposición no forzada aparece lo novedoso y permite el disfrute en el cuerpo a través del ritmo, en la mente a través de cuelgues instrumentales y en la cabeza a través de letras que reflejan la realidad con sutileza. Con letras que se mueven entre el mar y la ciudad, con Agua ardiente la banda termina de cristalizar su propio concepto. Ese que les abrió las puertas de una popularidad que los pone en la vanguardia del recambio del rock argentino.

6. The War On Drugs - "A Deeper Understanding"

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El cuarto trabajo de Adam Granduciel y los suyos muestra la obsesión perfeccionista de la banda por el sonido meticuloso. Amparado en un batallón de sintetizadores luminosos que sólo bajan la mirada para darle lugar a los punteos de varias guitarras, el disco se extiende en una melancolía dulce y constante que pocas veces se quiebra. Pero la victoria más grande llega al encontrar los rastros sonoros que comprueban su máxima influencia para este trabajo: difícil no ver como Dire Straits se funde en temas como “Nothing to Find”. Una apuesta fuerte y, viendo el resultado, más que satisfactoria.

5. Juana Molina - "Halo"

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Aunque ya tiene experiencia en elevar a sus canciones a dimensiones inesperadas, con Halo Juana Molina buscó nuevos caminos para esa suerte de folklore de un planeta que sólo existe en su mente. La repetición de frases más o menos complejas en la guitarra o los teclados, que en vivo reproduce con su “loopera”, siempre termina desencajándose para provocar la sorpresa que forma parte del disfrute. Y en su derrotero único, la cantante argentina puede sonar a King Crimson haciendo breakbeat con la ayuda de Björk o haciendo bailar con elementos con trances ciberhumanos.

4. Acorazado Potemkin - "Labios del Río"

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“Al revés de lo que decía Alfred Hitchcock sobre el cine, en las canciones de Acorazado Potemkin no hay rojo sino sangre. Y es sangre que fluye caliente por un cuerpo de obra brillante”, dice la reseña de Silencio sobre el tercer álbum del trío de post punk porteño. Labios del río implicó la reafirmación de la personalidad del grupo, expandida ahora con la incorporación de sonoridades que no habían aparecido antes en las canciones y diferentes abordajes en la composición. Por eso, el disco resulta movilizador, intenso, expansivo, atrapante y hasta abrumador.

3. LCD Soundsystem - "American Dream"

LCD Soundsystem

Después de su final intempestivo y su retorno en menos tiempo del imaginado, LCD Soundsystem entrega un álbum en tiempo presente, con canciones urgentes y necesarias en las que sobrevuela la influencia de David Bowie, y en las que su hacedor reflexiona acerca de su propia mortalidad y el paso del tiempo. “No es que James Murphy se aleje demasiado de su marca registrada de dance punk con sombras post punk y electrónica áspera: éste no es un disco de sorpresas sino de reafirmación”, resume la crítica de Silencio.

2. Kendrick Lamar – “DAMN.”

Kendrick Lamar

Así como en To Pimp A Butterfly Kendrick Lamar parecía celebrar todas las músicas afroamericanas en la era Obama, DAMN. es un grito en solitario para los tiempos de Trump. Una vez que vio el mundo estallar en mil pedazos, al prodigio de Compton sólo le quedó maldecir el presente y ocuparse de lo que le tocó. Con el flow como arma y los beats sombríos como escudo, volvió a conquistar la cima del mundo.

1. El Mató a un Policía Motorizado - "La síntesis O'Konor"

El Mató a un Policía Motorizado

Tras años cimentando una personalidad única dentro del rock argentino, el quinteto platense evolucionó y amplió su universo sonoro hasta lograr no sólo su mejor disco, sino el que probablemente será el faro para el indie argentino en los próximos tiempos. “Lo que se escucha ahora es una banda que parece no tener más fronteras que las de la creatividad de sus integrantes, que incorporaron nuevas influencias, sonoridades y estructuras, y las vuelcan sin prejuicios ni presiones autoimpuestas”. O sea, el álbum del año (de acá y de todas partes).