
Hugo Lobo pasó por nuestra redacción para una nueva entrega de Silencio Live, en la que habló del lugar que ocupa el ska en el escenario local, cómo sostener un discurso desde lo instrumental y para contar algunos detalles de Neighborhood Rules, su tercer disco solista, que presenta este sábado en la Sala Siranush. Abajo podés revivir toda la entrevista.
Para el líder de Dancing Mood, la música no necesita de palabras para llevar un mensaje. "Las cosas se tienen que decir con los hechos. Conozco infinidad de artistas que escriben letras maravillosas pero no hacen absolutamente nada. Faltan un montón de músicos de rock con comedores infantiles, ayudando a lo que menos tienen", dijo. Esa ética de trabajo se vincula con el título de su flamante disco: "Se están perdiendo un poquito los valores y los códigos de barrio. Para la gente de mi generación eso es una cosa inquebrantable y hoy es algo que está faltando en muchos aspectos".
Aunque cree que ha crecido mucho con el paso del tiempo, para Hugo Lobo "el ska sigue siendo un género marginado" en comparación con el reggae. Para el trompetista, el éxito de su banda fue ajeno a la explosión del roots. "No somos una banda muy querida, no hay público reggae en los shows de Dancing Mood", afirma.
Para su tercer disco, Lobo grabó gran parte del álbum ejecutando él casi todos los instrumentos -"era una deuda pendiente que tenía conmigo, de prueba y de curiosidad", confiesa-, aunque contó con la colaboración de figuras clave del ska como Gaz Mayall, Lynval Golding (The Specials) y la cantante Carrol Thompson, entre varios nombres. En octubre, presentará Neighborhood Rules en Londres, acompañado por la banda que tocaba con Rico Rodríguez, parte del privilegio de contar con músicos disponibles en casi cada rincón del mapa.
Lobo tiene además bandas en varios rincones de la Argentina, integradas por músicos locales. "Hay una cosa que me parece muy injusta hace mucho tiempo y es que la música está centralizada en Capital Federal -afirma el trompetista-. Hay un montón de músicos brillantes en todo el país, pibes que tienen que laburar de otra cosa o pagar cada vez que tocan. Me parece que una manera de derribar eso es darle trabajo a los músicos del interior, ayudar a que se puedan mostrar también y aprender de ellos. Hacemos audiovisuales o grabamos discos en vivo para generar un poco de trabajo. Hay zonas donde por ahí no hay un puto lugar para tocar, y esos pibes por ahí tienen que alquilar un club o laburar un montón de otra manera".