18/11/2021

BB Asul, canciones r&b para salir del pozo

Soy una princesa con o sin vos.

Gentileza
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Un día de 2019, BB Asul le salvó la vida a Isabela Terán. Para la cantante de 24 años, la construcción de su alter-ego fue el último revoloeo de un salvavidas que necesitaba para mantenerse a flote, y con ello también dar un paso al frente desde su trabajo como corista para hacerse cargo del centro del escenario y su papel de protagonista. El resultado de esa experimentación fue UWU, su primer disco, una especie de recopilación de los singles que publicó desde ese punto de inflexión y que se pasea por la mezcla -lograda y centennial- del r&b más sensual con olor a sexo de D'Angelo, lo moderno de The Internet, irreverencia trapera y un poco de animé.

Como parte de su agenda y como muestra del lugar que ocupa en la escena, meses atrás BB Asul participó de La Trampa, el experimento de trap orquestal que llevó adelante su padre Alejandro Terán en el Centro Cultural Kirchner junto a artistas como Taichu, Chita, Ca7riel, Paco Amoroso, Zoe Gotusso y Benito Cerati. Para el próximo año, ya tiene confirmada su participación en la edición Argentina del Lollapalooza y su figura empieza a atraer cada vez más atención.

“Estaba muy deprimida, un quilombo horrible”, cuenta Isabela sobre sus inicios. “En un momento de mi conversación interna de la cabeza fue: `¿Qué es lo último que me falta para hacer como un último intento?´. Algo para ver si funciona, no por una cuestión económica, sino para tratar de salir del pozo”. En esa búsqueda de un motor que le devuelva la satisfacción y el entusiasmo, escribió “Uwu”, su primera canción y piedra fundamental para construir el universo estético de BB Asul. Después del estreno en 2019 y tan solo en siete canciones, demostró ser una de las voces más dulces y versátiles de la escena, con un fraseo por momentos íntimo y confesional (“Me duele pero me gusta el dolor” o “Fresh Prince”) y por otros guiando la pista de baile (“Focus” o “1312”).  

Isabela creció en una familia que tiene varias generaciones de músicos y antes de siquiera saber por dónde guiar los horizontes de BB Asul pasó por varias etapas en ese crecimiento. “Cursé el conservatorio, hice todas las cosas que hay que hacer para ser músico. Pero terminé haciendo otra cosa”, dice entre risas. “En un momento quería ser instrumentista de orquesta, probé un montón de cosas y otras que no hice. Después sentía que si quería ser cantante y escribir mis canciones tenían que ser muy complejas, spinetteanas. Me encanta escucharlo pero no me siento identificada como artista en eso. Además, no tengo cosas tan profundas para decir”. Fue en ese momento que, mientras trabajaba en una banda de pop como corista y vivía internamente un proceso extremo, decidió probar sus propias canciones. Se despojó de la complejidad, volcó las influencias de lo que venía escuchando y dio el primer paso. “Era como `Acá está una partecita de lo mío´. En todo sentido: la manera de hablar, las referencias, la simpleza de la canción. Me vino bien”.

Ya sin la complejidad en sus composiciones y abrazando la música urbana, Isabela construyó la imaginaria de BB Asul cargada de seguridad, sexo y la impunidad de la noche. “Si ambas se tocan en algo es en la extrema sensibilidad y en ser como una bomba a punto de explotar y de llorar todo el tiempo”, dice, aunque admite que la parte artística es un personaje. “Me gusta que cuando me pasa algo en la vida real, algo que me genera sentimientos -que son muchas cosas-, tomarlos e imaginarlos ultra potenciados para un personaje. Las cosas tristes, como que un boludo te cague la vida un poco, son mucho más llevaderas si las fantaseas. Si todo está romantizado es más fácil vivir así”. 

Sin embargo, como ninguna proeza se logra en solitario, para poder darle forma a la aventura de BB Asul, Isabela se rodeó de colegas y amigos. Es por eso que en UWU, sumado a los diferentes productores, participan Axel Fiks en “Me duele pero me gusta el dolor”, Taichu en “Yandere”, ODD MAMI en “Focus” y BLAIR en “Rocho” para darle, con sus diferentes perfiles, aún más vuelo a las canciones. “Las colaboraciones se dieron de maneras distintas, pero tuvieron en común que estaban muy clavadas. No podían haber sido otras personas. Tomaron un valor mucho más grande a partir de eso para mí”. 

Con este mismo espíritu fraternal y de potenciarse entre amigos es que BB Asul armó el grupo con el cual se presenta en vivo y con el que tocarán, por ejemplo, en el Lollapalooza del año que viene. “Es un nivel de diversión hermoso. Si salen las cosas mal no pasa nada, está todo perfecto. Mi única manera de hacer las cosas es así, sin preocuparme demasiado”, cuenta. “Salimos a divertirnos y a hacer lo que es uno en la vida real. En terapia me dicen que el único momento en el que me hablo de estar tranquila y relajada es cuando estoy arriba del escenario. No siento la presión de tener que estar haciendo algo con mis amigos. Los demás que no tocan me vienen a ver y como una cosa tan de viaje de egresados todo el tiempo que es muy hermoso”. 

Para Isabela, BB Asul cumplió su propósito de ayudarla a salir del pozo depresivo apenas lanzó el segundo tema. “Me acuerdo de un día que dije: ‘Ah claro, era acá. Con razón´”. La satisfacción artística y personal de haber encontrado un rumbo y un espacio donde puede jugar con libertad sin ataduras, se le suma además la intensa experiencia del amor del público. “Me pasa que vienen 4 pibas que son iguales a como era yo a los 12 o 14 años y me dicen `Te amo´ y es literalmente mi motor. Es nafta para laburar. El afecto es mi nafta, no tengo otra. Es todo muy fácil, vivir así, yendo a cantar a un lugar y teniendo gente que dice que te ama”.