
Axel Fiks tiene 21 años y su música ya tiene la capacidad de conmover. Hace canciones de fogón y también bases de trap. Puede brillar con solo una guitarra y su voz o en forma de MC de hip hop. Tiene un gusto fino por el jazz y el sampleo. Y encima tiene esa capacidad que no siempre sobra: la de definir visiones de mundo en apenas una frase. En medio de todo eso también hay pulso contemporáneo, pinceladas humorísticas y ternura en forma de gatitos.
“Voy en bote, no voy en crucero. Voy en bondi, no voy en avión, pero siempre vuelo”, dice la parte final del estribillo de "Fotocopias", el que hasta hace poco era lo más parecido a un hit que tenía la incipiente obra de Fiks. La capacidad de resumir un momento y una época atraviesan todo Idilio (2018), debut en formato disco y tesoro absoluto de canciones que se proyectan como una gran oda al final de la adolescencia.
Sin embargo, los chicos crecen rápido. Luego de subir tímidamente su primer disco “en serio” (ya tenía el EP Jaja Lol, también de 2018), tocó por primera vez en vivo en la segunda mitad del año pasado. Por ese entonces publicó otro simple, "Florama", que incluye a la preciosa canción homónima y logra cruzar el universo del trap con el de la cosmología indie de nombres como John Frusciante o Devendra Banhart. También está la más soulera "Acá en el planeta", tan lo-fi como sentida en su interpretación y en una búsqueda sonora que transmite intimidad. “Podemos chatear pero es tan distante. Te prefiero ver en persona”, canta antes del segundo y último estribillo, un breve momento que toca cualquier corazón sensible.
Ya en 2019 llegó "Fellinesca" y en abril fue el turno de "Chica acuario", junto a Goyo Degano. Si hubiera que ubicar un antes y un después en el breve trayecto del músico, sin dudas sería este. Además de ser el debut de Fiks en un estudio “profesional” –y vaya si implica un salto cualitativo-, el tema tiene una cadencia que ya puede linkearse con un estilo propio. Ahí aparecen el sonido acústico de la guitarra, unos toques percusivos que remiten a Babasónicos y la versatilidad de las voces, que exploran la armonía junto a un par de punteos tan eruditos como delicados.

“Podemos vernos esta tarde. Como una iglesia esto arde, mi amor”, dice el primer estribillo del tema que ya huele a clásico del rock argentino. No es por sus referencias ni su sonido, sino por una sensación de presente absoluto que se percibe en el ambiente. Ese impulso incontenible que invita a la proclama de un talento que pide a gritos ser escuchado. ¡Axel Fiks querido, el pueblo está contigo! Hasta suena bien y todo.
Pero ojo. El propio músico pone el freno a cualquier encasillamiento. “Con 'Chica acuario' construí como una cosa así más tierna, que es parte de mi imagen. No es que es una persona, sino que es lo que me nace a mí, lo que sentí en el momento, mucho más profundo. Y ahora quise mostrar una cara más absurda, más ridícula, pero que también suene bien, sin la necesidad de que sea basura”, dice Fiks sobre este momento de expansión en su naciente carrera. Se viene un EP nuevo y la idea es seguir el mandato de la exploración. Nada de repetir fórmulas.
“No pensé que tanta gente la iba a escuchar o que hubiera tantos covers en Instagram”, acota, sin embargo, sobre su lanzamiento bisagra. “Antes no tenía tantas reproducciones y el tema entró a un montón de playlists de Spotify, empezó a moverse un montón y fue como ‘uh, bueno, va por acá’. Y a la vez yo no quiero seguir toda mi vida por un mismo camino. No voy a hacer 'Chica acuario' 2, 3 y 4”, expone sin vueltas.
“Me gusta intentar escuchar algo fresco, que no haya escuchado antes. Pero a la vez escucho mucha música vieja, hay mucho para escuchar”, analiza Fiks en relación al caudal de material que lo inspira a crear y reutilizar. “Me gusta cuando surgen cosas nuevas, sonidos nuevos, letras que tocan tópicos que antes tal vez no se tocaban. Me gusta romper con la seriedad de la canción de amor y decir boludeces, no deja de estar bueno eso. Me gusta mucho el sampling, me disco está lleno de eso y admiro mucho a la gente que samplea. 'Bocanada', de Cerati, me vuelve loco”, explica.
Entrar a Spotify y escuchar los cinco tracks con más reproducciones de su perfil en la plataforma es un ejercicio de apertura también como fan, analista o simple melómano. Queda claro que Axel Fiks no tendrá reparos en hacer cosas absolutamente distintas.
La canción que lidera el top-five tiene a Paco Amoroso de protagonista y a Fiks en el rol de base a través de un sampleo quirúrgico y sofisticado. La segunda es "Chica acuario", nueva favorita de fogones centennials. La número tres es "Fellinesca", donde el corte-y-pegue es utilizado para darle vida a una base R&B absolutamente luminosa. La cuarta y la quinta son de su primer álbum, que es la primera gran manifestación nacional de lo que el soul, el trap y el hip hop pueden hacer en plan indie pop. Sobre todo cuando lo que sobra es personalidad en estado puro.
“¿Mi versión ideal de banda? Si tuviera un lugar grande para tocar, un festival abierto para mucha gente, me prepararía con meses de anticipación y llevaría una banda a lo D’Angelo, con siete músicos. Hacer un mega show épico, ese es mi sueño”, responde Fiks cuando se la pregunta por la versión en vivo que imagina para poner en escena su colección de pequeños himnos.
“Confío en que puede llegar a pasar y a la vez sería una locura que pase”, dice sobre la cada vez más coherente y probable invitación de eventos como Buena Vibra o, por qué no, Lollapalooza. “Se dieron cosas tan locas desde que saqué 'Chica acuario' que no me parece algo tan imposible o tan lejano”, se sincera. Y aunque la grandilocuencia y la humildad forman parte de un mismo discurso, todo habla del universo que construye la música de Fiks en sus diferentes formas.
Ese desparpajo a la hora de pensar en su horizonte estético y su propia historia ligada a la idea de bedroom pop traen a la mente nombres como King Krule o Cosmo Pyke. También aparecen ahí Jorja Smith, SZA y varios otros nombres de una generación de solistas todoterreno, capaces de componer y pensar en varios registros en simultáneo. A esa casta pertenece, aun desde la marginalidad de Buenos Aires dentro del universo del pop global, un joven Axel Fiks cuya obra todavía está en pañales. Las comparaciones no son casuales ni menores: dan cuenta de un diamante en bruto que empieza a hacerse notar por su propio brillo. Seguramente ni único ni singular, pero definitivamente distinto.
El jueves 8 de agosto, tres días antes de las PASO, Axel Fiks publicó en su canal de YouTube un hilarante track dedicado al candidato del Frente de Todos que ya parece haberse asegurado la victoria en la elección para gobernador de la provincia de Buenos Aires.
"Kicillof flow" es, hasta ahora, el contacto más estrecho entre Fiks y el hip hop, con una base instrumental absolutamente a disposición de la rima, tomada de "Holy Thursday", canción de David Axelrod publicada en 1968. “DEDICADO AL KICILOVEVE, D AXEL PARA AXEL”, dice la descripción del video. Y lo que se escucha es un ejercicio bastante libre y liberado donde la espontaneidad se traduce en líneas con mayor o menor punto de contacto con la situación política argentina.
“No sé qué carajo va a pasar en este país, no sé qué va a pasar. No sé a quién votar. O, bueno, sí. Sé que hay uno que se llama Axel”, dice Fiks antes de arremeter con la estrofa. Sin quererlo, el músico de Núñez le ofrendó un homenaje anticipatorio a uno de los grandes personajes de la actualidad electoral, que obtuvo más del 50% de los votos en el principal distrito del país.
El gran estribillo, que sólo repite el título de la canción y deja su huella inmediata, es también otra confirmación. A Fiks no le hace falta demasiado material a mano para germinar una joya musical construida básicamente a partir de retazos de la cultura pop.