25/12/2020

Trueno: "Quiero ser el nombre del hip hop en la Argentina"

Mano a mano con el atrevido del rap local.

Delfina Seefeld / Gentileza
Trueno

Cuesta pensar en alguien que haya tenido un 2020 más decisivo que Trueno en la música argentina. Si 2019 fue su año como freestyler (ganó la Red Bull y la FMS), este fue su año como músico. Sacó Atrevido, su disco debut, con el que pegó un par de hitos que se tradujeron en virales. "Mamichula", su colaboración con Nicki Nicole, suma casi 400 millones de reproducciones entre Soptify y YouTube, y la frase "Te guste o no te guste somos el nuevo rock and roll" que tira en "Sangría", un tema con Wos, fue materia de debate entre los sectores más rancios de la intelligentzia rockera en redes sociales.

Pero así como Trueno sabe de exposición, también sabe de eso que le gusta y quiere en su interior. Por eso como uno de los cortes de difusión eligió "Background", un hip hop sin concesiones al trap o el reggaetón, y que fue de los temas que menos se pegó en términos de popularidad.

"Si bien creo que cuando salió el disco fue el menos escuchado, fue el que más le gustó a la gente que sabe de música, el que más le gustó a la gente que es productora o es artista", dice Trueno, de 18 años, sentado en la guarida de Neuen Arte, la productora que respalda su carrera y su visión artística. "Estaba la posibilidad de haber sacado otro videoclip y que me hubiese ido igual de bien, pero siento que con 'Mamichula' se acercó un montón de gente, un montón de público puso la mirada en mí, y 'Background' es uno de los temas que más me representa. Entonces la idea era que la gente tuviera una impresión de lo que yo soy y de lo que me gusta hacer, y después las visitas, todo eso, para mí es un punto aparte, lo que la vida quiera".

"El público que tengo es uno que de verdad disfruta mi música y que de verdad la vive, y eso es lo que a mi me sirve. Prefiero tener a 100 que la viven antes que a 1000 que la escuchan y no la entienden".

Desde lo musical, Atrevido va por todos lados; es como si hubieses querido vomitar todo lo que podés hacer, los géneros que podés abarcar. ¿Qué tiene de especial "Background" para vos?
En Atrevido flashee muchos géneros que quería flashear, sacarme todos los caprichos que tenía ganas. Todos los temas son diferentes, pero con "Background" venía con una espina de hace un montón, sabía que no podía hacerlo antes porque me faltaba desarrollarme y curtirme. Tenía que llegar el momento indicado, el lugar y todo para que se diera, y se dio. Ahí muestro toda la influencia de 50 Cent, el rap de los 2000, que es con el rap que me crié, porque soy de 2002. Crecí escuchando ese rap de los 2000 para arriba, un poco más comercial, un poco más rap en la discoteca.

Una escuela de rap que por ahí acá no tuvo tanto impacto en los artistas locales a nivel mainstream. Es un sonido anterior al boom de la música urbana.
Siento que es un tema para gente un poco... no más adulta, porque yo no soy adulto ni en pedo, pero más vieja escuela sí. Creo que es raro para alguien que está acostumbrado a escuchar trap o acostumbrado a lo que te ponen en la radio, y yo quiero el otro público, totalmente. Lo que hago es algo muy íntimo y no lo hago pensando en que suene, ni en que pegue ni en que sea comercial, entonces el público que tengo es alguien que de verdad disfruta mi música y que de verdad la vive, y eso es lo que a mi me sirve. Prefiero tener a 100 que la viven antes que a 1000 que la escuchan y no la entienden.

¿Cuánto hay en ese sonido del pibe que eras en la habitación escuchando hip hop?
Mucho. Atrevido en general es eso. Un pibe de su barrio, con su vida, soñando, apuntando, lográndolo también. Fue esa época de adolescente que logré todo lo que me prometí y eso: soñar. Siento que ahora estoy en otra etapa, que ya aprendí un montón de cosas -ahora estoy aprendiendo otras-, pero es eso: tenía ganas de hacer muchas cosas y en Atrevido me saqué todas las ganas de todo.

Y fue todo de golpe: te bajaste de las competencias y saliste con muchísima música junta. ¿Había una ansiedad por salir con todo?
Sí, un disco entero (risas). Prefería eso. Venía sacando singles, de a poco, suave, y cuando Taiu me dijo de empezar a hacer un disco me puse super contento. Me parece algo mucho más respetable en cuanto a ser músico; un disco me parece algo mucho más difíicil que una sola obra. Si hacés una canción sola puede tener una historia y un significado, pero un disco me parece mucho más pesado en identidad y significado. Y, sinceramente, corrimos mucho, trabajamos mucho, pero todo fue disfrute, todo fue fruto de mis ganas y mi imaginación, nunca me propuse hacer algo y renegué. Nos habrán costado algunos temas, habremos dado 20 vueltas, pero todo para que quede mejor y nada renegando. Todos los temas que hice fue porque me nacían y lo plasmamos. Y creo que se nota eso.

¿Pudiste encontrar esa paciencia para laburar los temas? Es todo lo contrario a la fugacidad de las batallas.
Sí, haciendo Atrevido me encontré a mí grabando, también. Aprendí un montón del freestyle, saqué un montón de flows, un montón de confianza, me cambió la voz y aprendí a usarla. Y eso gracias al Tachu y al Tatool que me tienen paciencia, me dan consejos y me consienten en todo. Logré encontrarme a mí en distintos géneros, en distintas versiones, siendo yo y probando. Y quedó sarpado, me encanta. Siento que, en cierto punto, me realicé como artista. Estoy aprendiendo todo el tiempo, es igual que la vida. Y la música refleja lo que a cada artista nos pasa en nuestra cotidianeidad. Fue como una experiencia de principiante a realizado, y a partir de ahora hay un Trueno realizado musicalmente que ya sabe a dónde apunta, ya sabe quién es, ya sabe lo que quiere decir. Atrevido tiene esa búsqueda, se nota en el disco esa búsqueda de mí mismo, de mí en diferentes versiones.

Trueno

¿Y cuánto mantenés del freestyle en tus canciones?
No me gusta grabar freestyle, siento que son cosas diferentes. En las letras canciones hay una búsqueda más íntima, más intensa y más a fondo. Trato de dejarme llevar en el momento, no forzar: si no sale, no sale; y si no estoy de ánimo, no estoy. Pero me gusta sentarme a escribir, siento que plasmo muchas ideas más intimas. En el freestyle es otro tipo de exposición.

Siempre se habla de la frescura de tu flow en las batallas. ¿Eso sí te interesa conservarlo?
El flow sale solo, me dejo llevar. Me exijo cuando escribo: es un freestyle procesado, trato de complicármela un poco pero no me mato en eso. A veces escribo en diez minutos y a veces tardo tres meses en terminar en la letra. Es frescura, improvisación en cierto punto, dejar que fluya. No soy de freestylear ni entrenarlo, me gusta escuchar música y descubrir, nutrirme, pero dejo que la bola se desate cuando se tiene que desatar. En cada tema me pasa que lo pienso con un flow, y capaz lo grabo con oro y queda super bien, o a veces tengo algo en la cabeza y cuando lo grabo queda mil veces mejor. Soy fan de mis temas.

Lo que se mantiene como el leitmotiv del disco es el barrio. Es lo que lo estructura, pasa por abajo, por encima, por todos lados. ¿Cuánto sentís de cierta responsabilidad de contar tu visión de La Boca?
No lo tomo como una responsabilidad, fue como una pregunta conmigo mismo, en el momento de la adolescencia, de preguntarme quién soy, de dónde soy, qué represento, qué hay en mi pasado. Siempre cuento que miro mi pasado y hay música y está mi viejo, está mi vieja hablándome, están los pibes y está La Boca. Si no fuese por La Boca, yo sería otra persona. Y no soy alguien que vivió en la calle, no es desde ahí ni cuento eso, ni trato de hacer apología a la delincuencia o a lo malo. Simplemente quiero mostrar lo que me enseñó el barrio a mí, que es todo lo contrario. Es esa semilla de cultura en los barrios, mostrar el talento que tiene La Boca; el arte, la historia, como cualquier otro barrio. Y también poder mostrar a los pibes de mi edad o más chicos que siendo de donde seas, aunque estés en el último eslabón de las clases, tenés la posibilidad de ser la persona que te plantees en tu cabeza. Tenés que estar orgulloso de la gente que te vio crecer y del lugar que te vio crecer.

Es pintar al barrio de otra manera porque se puede confundir el mensaje y si encima se hace una lectura chota del gangsta rap y no se lo entiende, se termina flasheando el barrio y el revólver y se da un mensaje de mierda.
Se encasilla en una sola cosa, y le damos la razón a los medios y a la gente rica que nos mira como que somos delincuentes y listo. Y hay un montón de talento, hay un montón de alegría en el barrio, no es solamente lo que la tele te muestra, ni en pedo.

Tu disco tiene el color de La Boca.
Todo el tiempo. En La Boca hay un montón de extranjeros, un montón de inmigrantes de todos los países, uruguayos, italianos; es un barrio con mucha historia. Llegaban los barcos antes que a cualquier otro lugar, venía toda la gente, importaban todo desde el Riachuelo. Y eso te marca. Quinquela Martín, todo. El tango en La Boca también es muy importante: las cantinas, la Bombonera... Tiene un montón de características que son claves y que a mí me hacen acordar mucho a las favelas de Brasil, que son "feas" si querés en algunas partes, pero tienen cultura, tienen colorido y tienen vida. La Boca es un barrio con vida.

¿Hubo un momento en el que hiciste un click con eso? Tipo, "Che pará, no son todos los barrios iguales, esto a mí me re marcó".
Sí, tal cual. Siempre que me voy a otro barrio o estoy en otro barrio no me siento cómodo. Siempre lo digo, vuelvo de un viaje de lugares re lindos -onda me voy a Perú, a Colombia, a lugares sarpados-, entro a la Boca, empiezo a ver todo azul y amarillo, empiezo a ver los conventillos, y estoy en mi casa. Ese es mi lugar en el mundo, es algo que no puedo cambiar. Por eso tanto amor por el barrio, también, porque desde que nací estoy ahí y nunca me moví de ahí.

Trueno

La otra pata que se sostiene de manera muy explícita siempre en vos es tu familia y tu viejo, que además ya venía de rapear. ¿Cuánto aprendiste de tenerlos como espejo?
Y, si me preguntás qué me enseño mi viejo, en realidad me enseñó la mayoría de cosas y principios que tengo; mi vieja también. De la parte de mi vieja tengo mi lado más racional, más emotivo, y mi viejo me enseñó a ser un hombre, me enseñó a saber plantarme, a hacerme respetar, a poder moverme por la calle, a afrontar las situaciones de la vida. Hemos pasado mil cosas, hemos vivido en casas de mierda, en casas mejores, hemos tenido quilombos, hemos sido pobres, sin tener un puto peso, y siempre fui feliz. Siempre hubo comida, siempre disfrutamos, hicimos lo que quisimos. Y nada, de mi viejo aprendí a poder ser capitán de la vida, a que la vida no te maneje a vos, a estar decidido y ser alguien firme.

¿Tiraste tus primeras rimas con él?
Sí, obvio. Me acuerdo de que fue en mi casa con mi viejo, después de ver 8 Mile, que me cebé mucho con las batallas. O sea, fue freestyle pero me había escrito unas letras que son las que canto en "Mamichula" al principio y al final, que las cantaba en todos los shows: "Yo soy Trueno niño, soy rey de esta área / Cuando canto mi rap aplaude toda mi primaria / Yo soy de La Boca y de acá de la Bombonera, soy de los dos puentes...". Eso era como mi cancioncita de cuatro barras, nomás, cuatro compases; era mi mini show de siempre y quedó eso. Y después también recuerdo batallar con mi viejo freestyleando hasta estallar, todos los días.

Y ahora que tenés un montón de recorrido pero también sos pibe. ¿Cómo se maneja eso de sentirse capitán, como decías hace un rato?
No me pongo en el rol de capitán; o sea, creo que hay una gran diferencia entre jefe y líder. No me siento jefe ni tampoco líder, pero si me preguntás qué etiqueta me gusta más, me gusta más la de líder porque no me muevo yo y en base a mí se mueven todos, yo me muevo acorde a todos, nos movemos todos juntos para adelante para atrás o para dónde sea. Y confío. No es mi idea que la gente trabaje para mí y se haga lo que yo digo. La gente que me acompaña, me acompaña y suma, por algo yo dejo entrar a la gente que dejo entrar. Soy muy selectivo con las personas y con las energías; toda la gente que trabaja conmigo y que está al lado mío es porque se lo merece y porque tiene talento, porque tiene vibra. Somos más de 33 personas que vamos todos para adelante en línea.

¿Tuviste que descartar mucha gente de mierda en el camino?
Tuve que pasar por muchas cosas, muchos garcas, muchos amigos de mierda, muchas empresas... Y fue lo mejor que me pasó: lo malo es bueno, en cierto sentido. Al final de todas esas, me miré con mi viejo y le dije: "Esto es algo nuestro, yo quiero que vos seas mi manager, nos vamos a a mierda nosotros solos". Ahora se sumó la gente de Neuen, Taiu.. y somos los que somos. Pero pequeñas cosas en la vida me curtieron me despertaron desde muy chico, de los 14 a los 16, y ahora estamos así porque nosotros la elegimos.

¿Y hasta a dónde te gustaría llegar? ¿Tenés algún referente que tomes como modelo más allá de la música?
No tengo un ídolo, nunca lo tuve, pero respeto a muchas personas desde la imagen y como músicos: 2Pac, Residente, Daddy Yankee, Tego Calderón, Vico C... No tengo una meta fija porque cuando la cumplís después no hay nada. La vida es ir sobrellevando, aprendiendo. Tu sueño es hasta donde vos quieras llegar, vos decidís tu meta. Yo quiero ser el nombre del hip hop en la Argentina, voy a eso. Siento que hay varios cupos ocupados en varios géneros, hay un montón de representantes, pero yo quiero ser la cara del rap. No solo en la Argentina, sino a nivel global: quiero expresar mis ideas y que el mundo las escuche. Siento que mi voz puede llegar a un montón de lugares. No me considero trapero o esto o lo otro: yo soy rap. Puedo hacer trap, reggaetón, lo que quieras, pero yo soy rap.

¿Cómo fue el proceso de formarte como un músico a la hora de dar shows en vivo? Porque fue todo muy rápido.
Estoy metiendo a mi vieja que es profesora de canto y me da clases; está buenísimo tener a mi familia metida. Antes daba shows de cuatro temas en discotecas, ahora tengo que armar un show más largo, tocar 15 temas es otra movida, pero lo disfruto mucho más. La gente va a verme a mí, elige gastar su dinero en mí y pasar un momento conmigo, es una euforia que te da ganas. Estar arriba es mi momento de brillar, de sacar toda la mierda de adentro.

Igual que Eminem en 8 Mile, y aunque no sea una decisión definitiva, dejaste las batallas en tu mejor momento...
Lo que hice fue dejar que hablen mis aganas y mis anhelos. Me sentí realizado en el freestyle, no tenía en mente ganar la Red Bull ni la FMS, estaba contento con como estaba rapeando. Llegué a un nivel que nunca me hubiese imaginado, una felicidad y un disfrute al rapear... Antes estaba nervioso y el año pasado estuve cero nervioso, aprendí a disfrutarlo. Ahora me quería poner nervioso de vuelta (risas) y me lancé a la música. Estoy en esta sin dejar lo otro, pero quería ponerme nuevas cimas. ¿Cuál es el próximo escalón? Aparecieron muchas preguntas: si las canciones iban a ser mejores que mis freestyle, si iba a quedar como las escribía... La música me llenó de preguntas y también de respuestas, y gracias al equipo que tengo eso me va a pasar toda la vida.

En la letra de "Background", y en gran parte de la escena local en general, se repite mucho la palabra "nigger" o "nigga" como latiguillo. ¿Sos consciente de que es una palabra que dicha por un no negro es discriminatoria?
Yo respeto a la raza negra. No soy de raza negra, soy mulato: mi abuela es negra, mi papá es más oscuro que yo. Cuando digo "Negro" -también en castellano-, lo utilizo como un apodo a mis compañeros, "Ñeri", "Guacho", "Negro"... Sé que hay una contraposición grande y estoy tratando de usar esa palabra cada vez menos, porque hay respeto y cero ganas de ofender a cualquier persona. Si me preguntás cómo lo utilizo yo, lo utilizo como un llamativo hacia las personas de mi alrededor, como decir "Bro", "Ñeri" o "Compa". Es así, lo dije toda la vida porque así hable con todos mis amigos desde que soy chiquito, pero cero discriminación.

Claro, se entiende que no hay intención de discriminar, pero si lo escucha un negro te va a decir que no corresponde.
Hace ruido, tal cual. Hay una historia muy grande detrás de todo eso. Yo vengo de ramas uruguayas. En la Argentina no hay comunidad negra pero en Uruguay sí. Mi abuela es negra, la familia uruguaya en La Boca es muy grande y son todos negros, no son mulatos como yo, son gente con ascendencia africana directa. Me crié en ese entorno, viví mucho con la cultura uruguaya con mi abuela, me nutrió el candombe. Mi viejo estuvo en las llamadas, era escobero, y mi vieja bailaba: me nutrí mucho de eso.