03/10/2016

The Kooks: “Si las ideas no evolucionan, se mueren”

El cuarteto británico se mueve a su propio modo, pero quiere hacerte feliz.

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En 2006, tras la oleada neoyorquina liderada por The Strokes y Yeah Yeah Yeahs, el mapa musical se amplió con el desembarco de las nuevas promesas del rock inglés: The Kooks y sus “rivales” mediáticos, los Artic Monkeys. Más allá de las riñas, The Kooks emprendió su propio camino con canciones como "She Moves in Her Own Way" o "Shine on", apegados a las melodías optimistas y contagiosas. Hasta el segundo disco, Konk (2008), las críticas eran favorables, pero con Junk of the Heart (2011), la historia cambió. De repente, los reflectores viraron hacia otros sonidos o simplemente la propuesta de la banda ya no alcanzaba los estándares de sus primeros dos discos.

En el 2014, The Kooks apostó a un cambio con su cuarto disco, Listen, y se sumergió en el funk, el gospel y el r&b. “Está bueno saber que vamos hacia otros sonidos pero siempre podemos volver, porque somos una banda de indie pop”, se relaja el guitarrista Hugh Harris a través del teléfono, amable y hasta diplomático. La banda regresa a la Argentina para presentarse en el escenario del Personal Fest 2016 el domingo 23 de octubre, pero antes pasará por Niceto el viernes 21, para aquellos que gustan de algo más "íntimo".

Cuando estudiaba en el conservatorio odiaba lo técnico y todo lo poco práctico de tocar una guitarra, odiaba que eso fuera más importante que la melodía y la composición de canciones.

¿Te sorprende tocar en la Argentina en dos años consecutivos?
Sí, estoy muy sorprendido. Impactado, de hecho. Pero los fans argentinos son increíbles y muy leales. Creo que lo que más nos gusta es que ustedes se aferran a la música de una forma muy especial y se toman muy personal este hobby... Porque la música es un hobby y una pasión. Realmente es una sorpresa y un honor volver a tocar en la Argentina.

Esta vez van a tocar dos veces, en el Personal Fest y tienen un sideshow en Niceto. ¿Disfrutan más los festivales o los shows con menos público?
Depende mucho de nuestro humor. En los festivales hay otras bandas y podemos disfrutar de su música, lo cual es muy divertido y placentero. Los festivales tienen un ambiente muy especial, son estructuras sociales en la que se ven familias y se da un tipo de entrega mucho más profunda porque lo vivís en comunidad. Entonces, los festivales son como ir a mirar una película, y los shows en lugares más pequeños, más indie, son como mirar el tráiler. Tiene otro tipo de impacto. No puedo escoger uno porque la realidad es que me gustan ambos tipos de espectáculo.

El año pasado, cuando vinieron al Lollapalooza, presentaron Listen (2014), un disco en el que no trabajaron con Tony Hoffer como productor. ¿Cómo fue la experiencia de hacerlo con Inflo, Fraser T Smith y Luke (Pritchard)?
Fue una experiencia bastante diferente. Inflo deconstruyó la banda: la forma en la que nos hizo pensar sobre nuestra música, la instrumentación y nuestras ideas fue bastante intuitiva. De hecho, fue como separar una familia y luego juntar todos los ingredientes otra vez. Él nos enseñó a hacer eso con nuestra música y fue un viaje muy importante por el que había que pasar, si no corríamos el riesgo de hacer un álbum aburrido. La estructura de trabajar como banda y el proceso de escritura cambió por completo. En mi caso, básicamente lo que aporté al disco fueron solos de guitarra sobre los cuales la gente pudiera cantar; traté de mantenerlo simple. Cuando estudiaba en el conservatorio odiaba lo técnico y todo lo poco práctico de tocar una guitarra, odiaba que eso fuera más importante que la melodía y la composición de canciones.

¿Crees que el sonido de su último disco atrajo más a las nuevas generaciones que a los viejos fans?
No lo sé, quizá. Lo que queríamos era mostrar lo que nos inspiró y compartir lo que estábamos escuchando en ese momento; el cambio de sonido tuvo más que ver con nuestro deseo de no aburrirnos. Es un gran desafío cuando una banda cambia de sonido, porque no sabes si las personas van a estar a favor o van a estar en contra, y parece que nuestro disco fue bastante exitoso al ganar nuevos fans, pero también creo que hemos perdido algunos seguidores a los que les gustaba más el rock and roll y lo indie.

Es difícil dejar a todos contentos...
Sí, es difícil, y creo que eso es lo interesante del arte. Si uno intenta hacer a todos felices con su música, entonces probablemente resulte algo insípido y muy aburrido. Aun así puede irte muy bien, pero ése es un juego en el que no estamos dispuestos a entrar. No nos enfocamos en las cosas que venden un álbum. Creo que a la gente le gustaba nuestra música porque era indie, pero no podemos tocar ese estilo para siempre. Además, siempre dijimos que no nos gustaría terminar aburriéndonos de lo que hacemos en la vida y en cómo vivimos la música. Sí, perdimos algunos fans y también ganamos otros, pero creo que lo más importante es la evolución de una idea, si no se muere.

Hablando de su sonido más indie, “She Moves in Her Own Way” parece muy lejana. ¿Te acordás de la primera vez que la escuchaste en la radio o en la televisión? ¿Cuáles son tus sentimientos respecto de los viejos tiempos?
No recuerdo la primera vez que escuché “She Moves in Her Own Way” porque estaba todo el tiempo en la radio en Inglaterra. Sí recuerdo que me tenía que disculpar con mis amigos cada vez que se emitía la canción, lo cual era constante (risas). Fue una sensación increíble escuchar nuestra música en la radio y en la televisión, no parecía real. Pero, para ser honesto, no recuerdo mucho acerca de aquella época. Por otro lado, extraño la libertad de no tener nada en mi vida excepto la banda. Cuando tenés 18 años, no tenés muchas preocupaciones, pero a medida que vas creciendo tenés cada vez más responsabilidades y te preocupas más sobre tu vida y tu futuro.