25/03/2022

Metronomy: "No soy melancólico, pero la música que me gusta sí lo es"

El pequeño mundo de Joe Mount y compañía.

Gentileza
Metronomy

A la altura de su séptimo disco, nadie debería sorprenderse demasiado de que Metronomy haya pegado un volantazo: el cambio parece ser la única constante en la música pergeñada por Joe Mount y los suyos. Pero no deja de ser llamativo que en el reciente Small World la banda haya abandonado completamente la electrónica y entregue canciones "a la antigua", además teñidas por una melancolía que antes apenas se agazapaba en algunos rincones.

"Hubo un par de razones", arranca a explicar Mount, el cerebro y a menudo el único músculo en estudios de la banda. "La primera es que el disco anterior, Metronomy Forever, fue hecho de un modo muy 'moderno', por así decirlo: con una computadora, recolectando diferentes canciones y tipos de producción. Entonces, esta vez quería hacer algo más enfocado y más preciso. Pero además de eso, a mí me gusta ver a lo que hago desde una perspectiva diferente y me gusta la idea de una banda que está en su séptimo álbum, con sus integrantes acercándose a los 40, y decidiendo ponerse medio serios. Pensando en hacer su "disco a lo Nashville", digamos. Pensé que esa era una idea muy divertida. Entonces, fueron esas dos cosas: tratar de ser más disciplinados al hacer la música y también tratar de hacer lo que hacen las bandas cuando sus integrantes crecen".

Fue una suerte de desafío intentar escribir una canción que se sintiera positiva. Es algo que no había hecho nunca y es muy difícil de lograr.

Hay mucha melancolía en el disco... ¿Eso ya estaba en las canciones o lo agregaste intencionalmente?
Creo que hay muchas decisiones que podés tomar conscientemente, como lo que acabo de decirte sobre hacer un disco más enfocado y menos electrónico, pero hay cosas que sencillamente suceden y que van más allá... Suceden por el instinto, porque se convierten en el reflejo de cómo me siento, entonces es algo en lo que no pienso. Yo escribo las canciones y ellas toman una identidad propia. Creo que este aspecto del disco es muy instintivo, algo que sucede con naturalidad.

¿Y cuánto de eso tiene que ver con vos mismo? ¿O armaste personajes para cada canción?
Traté de que fuera sobre mí mismo, intenté que fuera un disco muy personal. Creo que no soy un tipo melancólico, pero la música que me gusta suele tener ese sentimiento. La mayor parte de lo que me gusta parece estar atrapado por ese sentimiento de nostalgia. Supongo que es como dije antes, algo que sucede muy naturalmente, pero de todos modos creo que es el disco más personal que haya hecho.

Antes de publicar Small World salió el EP Posse Volume 1, que es todo lo contrario de la melancolía y en el que trabajaste con artistas jóvenes. ¿Se trató simplemente de separar canciones compuestas durante un mismo período?
Yo hago música como Metronomy, pero soy mayormente un productor. Y antes había tratado de meter todo en el mismo lugar: creo que por eso cambiamos tanto de un disco al otro. El EP Posse medio que lo hice después del disco, fue como crear un canal para este costado mío y dejar que el álbum estuviera más en foco. Creo que quiero hacer más EPs para poder dejar salir mis ganas de hacer música más excitante (se ríe) y también para trabajar con gente más joven. Me parece que es un buen modo de imaginar mi forma de trabajar en el futuro.

En la gacetilla de prensa dice que el disco es un "regreso a los placeres simples". Y en la canción "I've Seen Enough" el narrador tiene sentimientos encontrados: por un lado está feliz con su vida diaria mundana, pero por el otro siente que en el mundo hay más para él.
Sí, porque me siento satisfecho con muy poco: si estoy en casa haciendo cosas muy simples, eso me llena de felicidad. Pero es cierto que, cuando hacés cosas como las que hago yo, que te permiten viajar y ver el mundo, eso se convierte en una adicción. Querés explorar, ver cosas... Creo que si tuviera que imaginar un futuro en el que no salgo de gira, igualmente tendría que encontrar un modo de experimentar lo que me pasa cuando hacemos un tour, porque es muy satisfactorio de una forma interesante.

"Good to Be Back" pertenece al selecto grupo de canciones en las que la música y la letra expresan exactamente la misma sensación todo el tiempo. ¿Fue algo buscado?
Fue una suerte de desafío intentar escribir una canción que se sintiera positiva. Es algo que no había hecho nunca y es muy difícil de lograr. Pero sí, traté de hacer algo que fuera horriblemente... horriblemente bueno y agradable (risas).

La canción "Thing Will Be Fine" fue la primera con esta clase se sentimientos que compusiste para el disco. Ahí insistís en que todo va a estar mejor, pero suena como si lo repitieras para convencerte a vos mismo...
Sí, totalmente. Tiene que ver con el momento... Los últimos dos años fueron difíciles para la raza humana, y ahora termina una cosa y empieza otra. Dependiendo de qué clase de persona seas, lo que pasa puede ser muy deprimente. Pero sí, tenés que seguir creyendo que en el final todo va a estar bien, porque en cuanto perdés esa convicción no te queda nada. Tenés que seguir pensando eso porque eso lo que hace que puedas atravesar tiempos difíciles. Así que espero que sea una profecía... autogratificante.

En una entrevista dijiste que la primera frase de la canción era sobre el momento en que una maestra te hizo ver la película de animación Cuando sopla el viento, que describe un ataque nuclear de la Unión Soviética al Reino Unido desde el punto de vista de dos jubilados. Y ahora Vladimir Putin amenaza con una guerra nuclear... ¿Estás seguro de que las cosas van a estar bien?
(Se ríe) Bueno, estoy... bastante seguro de que no va a haber una guerra nuclear. Estoy bastante seguro de que la gente que rodea a Vladimir Putin va a hacer algo respecto a él antes de permitir que haya una guerra nuclear. Creo que lo que hay que hacer es tratar de ver lo bueno de las personas. Con algunos líderes mundiales es difícil imaginar que tengan algo bueno dentro, pero podés tener esperanza de que algunos de los que están cerca sean más generosos. Veremos qué pasa...

¿Cómo recordás el momento en el que viste esa película?
Yo era muy chico... A esa edad no tenés idea sobre política, no entendés que un tipo de arma pueda ser una herramienta de negociación. Simplemente pensás: "Oh Dios, no quiero morir". Cuando sos adolescente te das cuenta de que un día vas a morir y es lo más grande que tenés que considerar a esa edad. Así que sí, recuerdo lo que la película me hizo sentir: lo primero fue deprimirme, sin dudas (risas).