10/02/2022

Lara91k, el eslabón perdido entre el indie y el trap

Canciones nuevas para sonar como antes.

Gentileza
Lara91k

Existe una posibilidad de conectar a Duki y a Santiago Motorizado sin morir en el intento. Y esa posibilidad se llama Lara91k.

Nacida como Lara Artesi en 1991 (y de esa combinación, su nombre artístico), no sería justo nombrarla como revelación ni como artista nueva porque su recorrido no lo es. Y Como antes, su flamante debut solista, viene a sintetizar su identidad sonora, que podría definirse como la de una cantautora sensible en tiempos de trap. No le teme al autotune ni a los beats programados, pero su relación siempre es con la canción, con las armonías nacidas desde el piano o la guitarra. "Si no hay armonía en las canciones, no puedo hacer nada", dice Lara91k. "Me interesa que me produzcan algo los acordes. Nunca termino un tema yo pero estuve atrás de todo en este disco".

Así, Como antes, compuesto por 20 canciones que incluyen feats con Duki, Santiago Motorizado, Paco Amoroso, Dinastía y Saramalacara, es una muestra de todo lo que es capaz de hacer. Su enfoque de la música urbana es siempre de una manera espectral, teñido de un sonido etéreo que parte de su voz y se permea sin importar si se trata de un reggaetón, un dancehall, un trap o alguna incursión r&b. No se trata de un disco de ejercicios de género sino de un viaje por la pista de baile para corazones débiles que también pueden divertirse.

"Hice un disco porque aguante hacer discos", dice Lara91k sobre su relación con los trabajos de larga duración. "Este proyecto lo empecé en 2019. Es normal que lo haga, no es que antes no lo quería hacer. En un disco te enroscás más y se trabaja más sobre quién es uno. Quería mostrar la película completa de quién soy. Cuando aparecí, me decían 'Lara la trapera' y yo tenía de todo".

Lara91k, que nació en Buenos Aires pero vivió buena parte de su infancia y adolescencia en Pinamar, estuvo siempre rodeada de música. Su mamá escuchaba a Sly & The Family Stone y Erykah Badu, un primo hardcore le dejó una carpeta de CDRs con música de Massive Attack y 2Pac, y se enganchó con las guitarras de Blink 182 para después quedarse con Elliot Smith y Cat Power. "En casa daba más orgullo que seas músico y no que te recibas, no sé, de médico", cuenta sobre la naturalidad con la que la música que sonaba en la vida cotidiana era más que una banda de sonido incidental. "A los 8 años ya escuchaba a Massacre, tuve mis banditas en Pinamar y cuando volví a Buenos Aires descubrí la composición a partir del hip hop. Eso me abrió otro mundo, me sirvió hacer música desde otro lugar, componer a partir de la computadora".

Con tanta música en inglés escuchada, a Lara91k le llevó un tiempo ajustarse a las inflexiones del español, y con eso subirse a los escenarios. "El momento de transición fue rarísimo, me costaba cantar en español", cuenta. "Es clave tener referencias y no tenía refes de mujeres, después fueron apareciendo. Era una complicación estar sola en un mundo de hombres. Desde la pregunta '¿Qué mujer soy?' Con la sexualidad y tal, desde qué lugar me paro. Hoy está re marcado, hay un montón de chicas y soy fanática de ellas. Sentís la diferencia estar vos con todos los guachos, estás más tensa porque no dejás de ser piba, pero igual se está destruyendo ahora. Eso en el mundo que viene de las batallas. El indie siempre fue no gender".

Aunque ella no reclame ningún trono, es posible que haya sido una de las primeras cantantes en introducir el autotune como efecto (y no como herramienta de corrección) en la música argentina. Como parte de Coral Casino, el dúo que formó con Orodembow, se enamoró del efecto luego de escuchar a Kimbra y lo utilizó en algunas de las canciones del EP $lytherin. ¿El año? 2014. Faltaban tres años todavía para que el trap comenzara a sonar en todos lados con "She Don't Give a FO". "Me siento pionera", dice desde un lugar mucho más humilde de lo que suena el textual. "Por ahí he influido a artistas como Duki, que vienen y te dicen que te escuchaban en Coral Casino, pero nunca tuvimos llegada a la masividad. Tocábamos en festivales, nos unían al indie porque nadie entendía bien lo que hacíamos. Ellos tenían toda la movida de las batallas y lo explotaron, ahí se popularizó la movida".

Pero si para los artistas surgidos de las batallas lo importante era el flow y las barras, Lara91k había conectado con el lado melódico del hip hop. "Me rompió la cabeza 808s & Heartbreak, de Kanye West; tardé en entenderle la onda pero siempre fue importante para introducir novedades al mainstream", cuenta. "Y también me pasaba que me dolía que no entiendan acá esa movida. Fue muy difícil conectar con el público en esa época. Estábamos en el medio de la nada. Me dolió mucho lo de Charly criticando al autotune también, porque él fue súper disruptivo en su época, usando samples y programaciones. Y a para mí siempre fue un referente".

Para ese entonces, Lara91k no vivía de la música pero se resistía a trabajar de otra cosa. "Nadie ganaba plata con la música pero con Coral Casino flasheábamos que la íbamos a pegar", cuenta. De todos modos, el dúo se separó en 2018, el año en el que la música urbana despegó definitivamente en la Argentina. Lara91k vio con buenos ojos ese despegue y se decidió a lanzarse como solista. "Juego con el mainstream y me encanta, no tengo eso del under de sufrir si coqueteo con el reggaetón. Pero obvio que soy alternativa de esencia aunque trate de hacer un tema comercial no me va a salir normal".

Lo mismo parece suceder con su puesta en escena. Que le llevó tiempo desarrollar, pero que hoy la muestra como alguien capaz de plantarse con un beat de fondo o de sentarse al pie del escenario con una guitarra a tocar una de Frank Ocean. "El show me costaba, lo padecía un poquito", confiesa. Ahora lo disfruto. Estoy parada en un momento más segura de mi música. Yo era muy tímida y ahora estoy más para afuera. Me ceba que tengo un público que viene a verme, no es que me lo tengo que ganar. Me sirve sumar instrumentos, sentir que puedo equivocarme con la guitarra en medio del tema y no ser un robotito".

Lara91k

Ahí, en ese lugar indefinido parece sentirse cómoda Lara91k. Demasiado mainstream para ser under y demasiado alternativa para alternativa para ser mainstream. "Traté de hacer este disco más fácil y comercial, pero no me salió. Mi música es rarita. Quiero hacer singles hijos de puta y mainstream, y también flashear Iggy Pop. Me gusta que salgan cosas que refresquen y también refrescarme yo", dice.

Y ahora que sí vive de la música, sabe qué la tensión entre ir a la fórmula y quedarse con los intereses propios es constante pero solo puede tener como dominante la segunda opción. "Si querés vivir de la música y hacer guita, hoy hay una forma muy clara, un camino que está funcionando. 'Me hago unos temas así y está', sencillo", explica. Pero capaz un tema que ni pensabas se hace hit, por eso hay que partir del deseo real, de no ir a la fórmula. Es raro cuando no es orgánico. Este disco es un regalo a mi alma, no lo hice pensando en un hit. Igual hay mil hits diferentes. Estamos intentando educar los oídos tirar otras datitas. No sé si es nuevo lo que hago, es la que me sale a mí, pero con este disco no sé si intenté hacer algo nuevo, hice música".

Ahí parece radicar la identidad de Lara91k: en el hecho de hacer música. Canciones, más específicamente. "Cuando hacíamos el disco, con Percii [N. del R.: el productor del álbum] nos propusimos que no sean tan locas desde la producción, queríamos que cualquiera pueda sacarlas con una guitarra y cantarlas", explica. Y entonces concluye con lo que debería ser una frase clave para cualquiera que quiera que la música suene como antes: "Primero la canción, después el sonido".