
A Jake Shears le gusta tanto bailar que tiene su propia pista en el living de su casa. Tiene sentido: desde el debut de Scissor Sisters hace casi 20 años, Shears compuso una gran cantidad de hits que apuntaron derecho al dancefloor, y de donde nadie lo pudo sacar. Y tan en serio se toma al asunto que convirtió a su pasión por el baile en el motor de su último disco: en la portada de “Last Man Dancing”, Shears alza un trofeo en el medio de una fiesta de la que es literalmente el único que se sostiene en pie una vez terminada la jornada. “Soy una persona muy sociable, me encanta hacer fiestas, recibir gente, y siempre me costó mucho irme a dormir al final de la noche. Cuando decidí ponerle al disco ‘el último hombre que baila’ entonces la idea del arte de tapa se armó sola”, dice sobre su segundo álbum en solitario.
Shears no solo encontró inspiración en la pista de baile, sino que también encontró que ese era el lugar indicado para probar el material sin que nadie lo sospechase. “Está bastante inspirado por las fiestas que armo en casa, y probé muchas de estas canciones mientras pasaba música en esas fiestas. Como muchas no tienen mi voz porque está la de otra gente o son instrumentales, las probé de esa manera, no necesariamente contándole a la gente de qué se trataba. Estas canciones fueron realmente testeadas en una pista de baile en mi casa”, dice.
La pista de baile es un lugar para que la gente traiga su dolor para dejarlo ir. Traés tus penas y las liberás
Tu primer disco solista salió hace cinco años y era bastante más intimista. ¿Necesitabas marcar una distancia con eso?
Estaba en lugares distintos. Escribo en un montón de estilos distintos y siento que ambos discos son cosas muy diferentes. Son distintos conceptualmente,se hicieron de maneras distintas, porque siempre quiero pegar un volantazo brusco con lo que sea que hice antes. Mi primer disco lo hice casi todo en vivo, hay muchos instrumentistas participando y este es lo opuesto. No sé, sentía que tenía que volver a hacer música dance de nuevo. Me encanta hacer discos de fiesta, y este es un álbum totalmente descarado.
De hecho la segunda mitad del disco tiene a todos los temas unidos entre sí como en un DJ set, literalmente contiene una fiesta en el disco.
Por un lado, me encanta el rock progresivo, es una música que te lleva de viaje, y creo que podés sentir la influencia prog en ese segmento. Por el otro, me gustan esos discos que te sacan a pasear, pensé mucho en Confessions on a Dance Floor, de Madonna, y en bandas como The Orb y The Chemical Brothers. Quería hacer una sola pieza sónica que fuese conceptual, es un viaje sonoro que se va acelerando y se pone más intenso. Me gusta que al disco se le vaya zafando un tornillo a medida que la fiesta avanza, quería que fuese perdiendo la cordura. Era mi meta, quería que fuera muy salvaje y tuviera un gran clímax al final. Las letras son todas muy fantásticas, muy de ciencia ficción, estoy muy orgulloso.
Hay una particularidad en tu manera de escribir: tus letras tienen sentido del humor, pero utilizado para hablar de temas serios.
Trato de no incluir demasiados mensajes en mis canciones. El humor para mí es algo muy importante, y creo que hacer el tonto es vital para mis composiciones. Si trato de ponerme muy serio, no funciona para mí. Me gusta tomarme en serio la creación de canciones, aplico seriedad a las estructuras y cómo funcionan las canciones, pero no me gusta tomarme a mí mismo muy en serio. Si intento hacer una canción seria de amor va a ser horrible, no va a funcionar. Hay emociones reales en mi música, hay pasión, pero intento no meter demasiados mensajes porque no quiero decirle a la gente qué pensar. Leí un libro muy bueno de Rick Rubin sobre creatividad, y él dice que no podés escribir canciones de protesta, porque la canción de protesta se vuelve lo que es una vez que la lanzaste. No podés hacer que la gente responda, si intentás hacerlo no va a pasar.
Históricamente, la música dance fue acusada de pasatista pero demostró ser también un lugar de contención y pertenencia.
Si pienso en uno de mis artistas favoritos, que era Sylvester, en los 70, cuando realmente la pegó, demostró que con el dance y el pop hay un espacio para que seas vos mismo. Ahora lo podés ver un poco con Sam Smith y Lil Nas X, creo que hay una oportunidad para realmente ser vos sin que tengas que pedir disculpas, y creo que ya hacer eso es una toma de posición política sin tener que siquiera intentarlo. La pista de baile es un lugar para que la gente traiga su dolor para dejarlo ir. Traés tus penas y las liberás.
Recién mencionaste a Sam Smith y Lil Nas X. ¿Pensás que de algún modo le abriste el camino a esta generación de artistas?
En cierto grado. Creo que a lo largo de la historia de la música pop, siempre alguien le allanó el camino a otra gente de algún modo. Todos le abren un poquito la puerta a los que siguen, y espero haberles hecho las cosas un poco más simples a quienes vinieron después. Cuando veo a Sam Smith y Lil Nas X, todavía los veo tomando grandes riesgos, y eso me parece muy emocionante. Creo que todavía hay mucho espacio para crecer y se trata de no dormirte en los laureles. Salir de Estados Unidos y mirar a la distancia, que me lo permite haberme ido a vivir a Londres por el último año, me abrió los ojos. Ves qué raro se volvió Estados Unidos. Tengo una casa en Nueva Orleans, y ahora es la capital nacional del asesinato.
Volviendo al disco, Last Man Dancing tiene dos feats inesperados, y uno de ellos es Jane Fonda. ¿Cómo se dio esa colaboración?
Nos conocimos hace mucho tiempo y nos hicimos amigos, ella viene a mis conciertos y creo que es increíble. Hay un corto en el que trabajé hace unos años y ahí trabajé con ella, y cuando estaba haciendo la segunda parte del disco pensaba "ojalá tuviera algo así con Jane", así que tomé su voz de ahí. Le dije "¿Puedo poner tu voz en un tema drogón de rave?", y ella me dijo que sí (se ríe), así que fue muy dulce de su parte. Si me hubieran dicho a los 12 que Jane Fonda iba a cerrar mi disco, me hubiera vuelto loco.
También, en el cierre del disco, hay otra presencia a partir de un sample, en este caso de una entrevista a Iggy Pop. ¿Cómo llegaste a ese audio?
Un amigo me lo mandó hace un tiempo. amo a Iggy, y cuando escuché la canción me gustaba cómo encajaba con lo que dice (lo cita). Dice que estar en el escenario trasciende el sentimiento en sí, no sentís nada y no querés sentir, tampoco. Y a veces cuando estás haciendo música, estás en un plano virtual distinto que es muy difícil de describir. No es bueno ni malo, lo captura muy bien y me gusta que cierre con eso, que sea como el saludo final antes de cerrar.
El año que viene se van a cumplir veinte años del debut de Scissor Sisters. Después de tanto tiempo, ¿cuál creés que es su mayor legado?
Las canciones. Estuve girando con Duran Duran donde toqué varios de esos temas, y estoy tan agradecido de ellos, son mi tesoro. Poder salir y ver la respuesta de la gente después de tanto tiempo es algo muy gratificante. No me da verguenza tocarlas, me encanta. Siempre van a ser mi manera de ganarme el pan de cada día, y todavía estoy muy agradecido por esas canciones.