
Para Editors, quedarse en un mismo lugar no es una opción viable. Si bien sus primeros discos fueron pilares del revival del post punk con el cambio de milenio (una suerte de respuesta británica a lo que Interpol estaba realizando en Nueva York), las cosas giraron de manera radical en In This Light and On This Evening, su tercer álbum publicado en 2009, con una fuerte presencia de música electrónica. Lo que parecia un volantazo drástico terminó siendo una constante artística en su obra de ahí en más, y que continúa en el presente, en un viaje por la canción rockera, el pop o una espiral descendente hacia la oscuridad.
La prueba más fehaciente de esa modalidad de mutación constante se llama EBM, lanzado el 23 de septiembre. El nombre del disco es un doble acrónimo: por un lado, son las siglas de Editors y Blanck Mass, el alias detrás del productor y músico experimental Benjamin John Power, colaborador de la banda convertido ahora en miembro estable, y también refiere a la electronic body music, un género que combina a la música industrial con el dance y el disco y que parece marcar el norte del álbum.
Y aunque el nuevo rumbo parezca abrupto, para sus propios integrantes no es más que otro paso más en el camino de la imprevisibilidad. “Fue más una progresión natural. Cuando empezás a trabajar con alguien y hace que las cosas vayan en una nueva dirección, a veces es bueno seguirlo. Especialmente con Ben, del que todos somos amigos y nos gusta lo que hace. Parecía algo demasiado obvio hacer que él se involucrase más”, explica el guitarrista y productor Justin Lockey.
Cuando pasaste tres años tocando las mismas canciones, lo último que querés es hacer lo mismo otra vez
¿Y cómo cambiaron las cosas al incorporar a un músico de electrónica en una banda de rock?
Simplemente hacés que funcione. Mucho de nuestro material tiene electrónica, de todos modos. No importa en qué disco estemos trabajando, siempre hay pedacitos y programaciones mucho antes de que entremos al estudio. Tenerlo a Ben de algún modo hizo que ese proceso fuese más grande desde un comienzo, entonces hubo mucha más producción en la primera etapa compositiva de las canciones. Eso se mantuvo hasta que entramos al estudio a grabar el disco, donde sumamos el elemento humano una vez con Russ (Leetch, bajista) y Ed (Lay, baterista) en la sección rítmica. Terminó saliendo todo bastante bien.
No es la primera vez que hacen electrónica, pero sí que esa música tiene un componente bailable.
Sí, hay un pulso dance. Fue algo bastante natural, otro camino para recorrer. No nos gusta repetirnos, así que es bueno recorrer nuevas avenidas y salir de la zona de confort. Hacemos música para nosotros, parece bastante cínico hacer música esperando que a la gente le vaya a gustar. Tenés que hacer lo que tenés ganas de hacer. Vas a sumar algunos seguidores en el camino, y perderás otros a los que les gustaba lo anterior, y está bien. Las bandas tienen que evolucionar.
La idea de buscar la reinvención constante parece una idea abandonada. Pareciera más redituable quedarse en un mismo lugar.
Eso es algo aburrido, la gente cambia todo el tiempo. No sos la misma persona a los 40 que la que eras a los 20, sos muy diferente. Y eso incluye a la gente que escucha música: tu gusto cambia cada año, así que quizás te guste The Back Room, pero no vamos a volver a hacer eso, porque eso fue hace mucho tiempo y nadie está en el mismo estado mental que cuando se hizo ese disco. Pasa con todo: podrías haber crecido escuchando Aqua, y no significa que ahora vayas a escucharlo. Quizás fuiste un chico feliz escuchando eso, pero no significa que a tus 40 vayas a seguir haciéndolo.
Dentro de esta dinámica cambiante que decís que rige la obra de Editors. ¿Cuál creés que es su núcleo distintivo?
Creo que la voz de Tom es el ancla para todo. Podemos escribir lo que sea, pero no bien aparece su voz, de repente se convierte en un tema de Editors. Lo bueno de eso es que su voz funciona muy bien en cualquier cosa. Tiene un rango espectacular en el que su voz encaja en cualquier lado. El núcleo de Editors está en su habilidad para cambiar y aprender, y buscar nuevas formas de hacer las cosas.
¿Es difícil hacer que todas estas identidades de Editors bajen al llano en un mismo plano al presentarse en vivo?
No. Cuando estamos escribiendo en estudio no pensamos cómo van a sonar en vivo, ese es otro capítulo totalmente distinto. Vamos al estudio a crear, y después hacemos un proceso de ingeniería a la inversa para ver cómo eso va a ocurrir en el escenario. No importa de qué género sean, no bien salís al vivo las canciones toman otra vida. Una vez que las canciones empiezan a sonar en vivo, evolucionan en ese espacio, distinto al del disco. Incluso las canciones del pasado se adaptan al presente, en función de donde sea que estamos, artísticamente hablando.
Al momento de anunciar el disco, dijeron que con EBM querían “preguntarse menos las cosas. ¿Este es un disco menos calculado?
Supongo. A medida que envejecés, menos querés saber hacia adónde van las cosas. No te preocupa encajar o ser de moda, sobre todo si sos una banda que va por su séptimo disco. Cuando ya tenés siete discos encima, medio que solo querés hacer lo que te dé la gana, en términos de explorar. Cuando empezás como banda, tenés una energía nerviosa, y eso se nota en los discos y en tus conciertos. Sos joven, tenés que salir a formarte. A medida que envejecés, no te importa si los números cierran, hacés lo que se te da la gana, te importa un carajo encajar en ciertas escenas o si alguien escribe una reseña de mierda.
Sin embargo, en todas esas búsquedas posibles, Editors nunca decidió repetir la fórmula de alguno de sus discos, ni tampoco se embarcó en ninguna celebración de su pasado.
Algunas bandas intentan volver adonde todo empezó, pero es imposible porque no sos la misma persona. Volver a querer hacer lo que hiciste hacía 20 años puede ser algo divertido para una tarde del fin de semana, pero intentar llevarlo de gira durante dos años te puede aburrir muchísimo. Cuando una banda se aburre, ¿qué sentido tiene?
Dentro de esta lógica cambiante, ¿es posible saber cuál va a ser el próximo paso?
No lo sé, depende. Pensalo de esta manera: cuando una banda hace un disco, especialmente una banda como nosotros, seguro pasaron 3 años guiando con el anterior. Y cuando pasaste tres años tocando las mismas canciones, lo último que querés es hacer lo mismo otra vez. Algunas bandas no giran tanto como nosotros, pero si hacemos un disco, ya sabemos qué es lo que vamos a estar haciendo por los próximos dos o tres años, y eso es mucho tiempo. Para cuando terminás ese proceso, no tenés ganas de volver al estudio y hacer ese mismo disco una vez más, vas a querer pensar adónde vas a estar y probar nuevas cosas. Nunca tuvimos miedo de probar cosas, más allá de cómo podría estar representado por fuera de la banda. Si algo nos interesa, lo vamos a probar.
Entonces no hay una respuesta equivocada a la pregunta de “a qué suena Editors”, entonces.
No, a menos que sea algo que es una mierda descomunal. Siempre tratamos de tener buenas canciones. Si tomás “Heart Attack” y le sacás toda la producción y la tocás en una guitarra, todavía sentía esa canción. Creo que ahí es donde muchas bandas terminan enmarañadas, se olvidan de hacer la canción, mientras que nosotros empezamos por ahí. Podés tocarla solo con guitarra y voz, y eso te muestra lo que sos como banda: tomar eso, construirlo y después hacer que sea algo aún más grande. Alguna gente piensa que podés tapar cosas con la producción. mientras que nosotros solo tratamos de que la canción sea mejor. Cada canción de EBM puede ser tocada sólo con una guitarra acústica y voz, y no podés decir eso de muchas otras bandas.