08/11/2022

Derby Motoreta's Burrito Kachimba: "las guitarras han muerto varias veces a lo largo de la historia"

Flamenco valvular.

Gentileza
Derby Motoreta's Burrito Kachimba

En solo ocho meses, Derby Motoreta’s Burrito Cachimba pasó de ser una banda sobresalía por su nombre en el line up de la última edición de Lollapalooza Argentina, a consagrarse en el suelo local y planear una nueva gira por el país este mes. La banda sevillana plantó bandera a fuerza de un estilo propio bautizado “kinkidelia”, donde conviven el blues, el stoner, el rock más crudo y la raíz flamenca, particularmente en las melodías del vocalista Dandy Piranha. Con dos discos bajo el brazo (su debut homónimo, de 2018, e Hilo negro, publicado en 2021), el grupo tuvo un paso por el Hipódromo que comenzó a los tropiezos por inconvenientes técnicos, pero que tuvo una remontada heróica, propulsada por el apoyo del público, que se acercó a ver de qué se trataba esa banda con el nombre raro. 

Y tan auspiciosa fue la experiencia, que el grupo volvió a desembarcar para una nueva gira, que ya tuvo escalas en San Justo, Quilmes y Rosario, y que coronarán este viernes, como parte de Primavera en la Ciudad, en una fecha compartida con Carca y los chilenos Follakzöid en Camping. “Cuando vinimos en marzo, se nos acercaron unos promotores a los que les gustó nuestro show y nos dijeron ‘Los vamos a volver a traer este año’”, explica José Manuel Cabrera Scott, o“Gringo”, guitarrista del quinteto. Y agrega, sobre el hecho de visitar el país dos veces como parte de una misma gira: “No pensábamos que con este disco íbamos a cruzar el charco, pensábamos que sería con el tercero o el cuarto”.  

Creo que el público llegó a un momento de saturación auditiva de las mismas estructuras, de las mismas armonías, de los mismos arreglos, de la misma manera de hacer las canciones

El flamenco es un componente muy arraigado en su propuesta. ¿Temían que fuera una barrera al momento de llevar a la banda por fuera del territorio español?
Hoy en día las orejas tienen unas escuchas diferentes. Ya no necesitas que todo se parezca a los Rolling Stones, por llamarlo de alguna manera. Creo que el público ya está un poco cansado de la sonoridad de siempre y de repente que aparezcamos nosotros con un componente de raíz flamenca importante, de alguna manera también refresca al oyente de encontrarse en las mismas fórmulas de rock entre comillas con la misma manera de hacer, con las mismas voces, con la misma estructura, con los mismos armonías. Creo que el oyente termina agradeciendo, porque ahora en España estamos viendo una época en la que los proyectos que tienen cierto componente de raíz tienen un público muy pendiente de eso. Ya abrió el melón Rosalía haciendo un flamenco diferente, y también Niño de Elche. Nosotros compartimos escena en Sevilla con Califato ¾, un grupo que hace una cosa parecida a lo que hacemos nosotros, pero ellos lo mezclan con electrónica en vez de con psicodelia o rock. Por lo menos desde aquí, se nota un poco que el oyente está un poco cansado de la misma fórmula de 4x4, la misma armonía, primera cuarta y quinta y el estribillo de re y sol. 

¿De qué manera dieron forma a esa búsqueda?
Cuando nos juntamos, todos teníamos bastantes proyectos a la vez. Estábamos metidos en diferentes bandas, porque llevamos mucho tiempo ya pisando este terreno de la música. La banda cuando surgió no tenía pretensión, de alguna manera era como una válvula de escape de la típica idea que habías tenido para otro proyecto y no había cuajado. La soltabas aquí, porque daba un poco más igual o estábamos más abiertos a diferentes ideas. Desde el minuto cero, el flamenco era una cosa que entró en el local de ensayo con mucha naturalidad sin pretensiones, y sin "vamos por el rollo laboratorio a mezclar esto y esto" , sino que simplemente surgió, una cosa llevaba a la otra. Al final es uno de los componentes más flamencos que tiene la voz de Dandy. A veces, todo lo que pasa por debajo de la voz no tiene nada que ver con el flamenco, y ahí muchas veces está esa fusión.

Al mismo tiempo, la lectura que hace Derby Motoreta’s Burrito Kachimba del rock es bastante purista. ¿Cómo se vive eso en un momento en el que las guitarras eléctricas ya no están de moda?
Tenemos en claro que el rock argentino tiene mucho más peso en Argentina que el español en España. El rock en España hace mucho tiempo que es una cosa de segunda o tercera división, si estuviéramos hablando de fútbol. Existe el circuito, existe gente que va a los conciertos muy religiosamente y es muy fan de las bandas que le gustan, pero después no trasciende más allá, nunca nunca ves un artista de rock en listas más arriba y tal. En ese sentido, nosotros tenemos mucha suerte, porque de alguna manera por eso también salimos con la etiqueta de kinkydelia”. Creamos un estilo propio porque, cuando empezamos, nos preguntaba y no queríamos decir que hacíamos rock, ni rock andaluz ni progresivo ni psicodélico. No porque no nos gustasen esos géneros, sino porque entendemos que tenemos que salir de ahí. Con Hilo negro aquí en España entramos en el número uno en las listas de vinilo más vendidos la semana de lanzamiento, algo que fue increíble para un disco sin estribillos, y en las listas de ventas globales estuvimos por el 30 y algo, fue como una cosa por encima de bastantes artistas de estos que son cantantes que no tienen mucho más que decir. Entonces está complicada la cosa, pero me viene a la cabeza que los Decca a los Beatles le dijeron que los grupos de guitarras no estaban de moda en 1962. Las guitarras han muerto muchas veces a lo largo de la historia.

Antes mencionabas que todos los fenómenos españoles que tienen por ahí un vínculo con la música de raíz española. ¿Cómo creés que se originó esta búsqueda en tu generación?
Bueno, no sé cómo ha sucedido, pero sí te puedo decir que por ejemplo aquí en España venimos de una época en la que de repente el indie es una etiqueta un poco ambigua y rara. Estos grupos más cercanos a Coldplay, por poner un ejemplo demasiado comercial, han imperado durante bastante tiempo aquí. Muchos de ellos son colegas nuestros y no tenemos nada malo que decir, pero sí es cierto que es posible que tanto los grupos que arrancaban como nosotros como el público estaban un poco saturados al final. Cuando sales de una época, empiezas en otra que suele ser contrapuesta de alguna manera. Si la de antes es pesada la siguiente es ligera, y así sucesivamente. Creo que el público llegó a un momento de saturación auditiva de las mismas estructuras, de las mismas armonías, de los mismos arreglos, de la misma manera de hacer las canciones. De repente, propuestas como la nuestra o la de Niño de Elche, cosas donde en la raíz está un poco más presente y convive con las influencias anglosajonas de toda la vida, eso ha encontrado un nicho donde hay bastante gente que lo necesitaba o estaba pidiendo. 

De hecho, hay un fenómeno propio del indie español, que es que gran parte de los artistas desarrollan su obra en inglés.
Sí, la primera música que consumí cuando tenía 14 a 15 años era en inglés. Yo no tenía ni idea de la letra, pero claro, pasé por fases cuando era un adolescente en las que no quería saber nada de hablar de flamenco. Yo estaba fascinado con los americanos, con el sonido inglés y yo las primeras bandas que tuve cantábamos en inglés. De hecho una de las bandas que yo tenía cuando estábamos empezando con Derby era River Boy, y cantábamos en inglés. Era una cosa muy habitual, y de hecho hay muchos grupos en el panorama nacional como Sidonie, que arrancaron en inglés y después se pasaron a castellano, o Anni B Sweet. Hay muchos artistas que terminan dando el paso al castellano de una forma natural, porque al final estás cantando en inglés, pero para un público que sabes que no entiende inglés, porque aquí en España con el inglés estamos todos cortitos. 

Al mismo tiempo, las raíces a las que remite la banda son también anglosajonas, pero lejanas en el tiempo. No hay una lectura “moderna” del rock”.
Aquí en Sevilla sucede una corriente muy por contexto histórico y también por el contexto musical, donde el flamenco está muy presente, pero el blues también. Desde Triana, Pata Negra, los hermanos Amador y Pájaros, ha habido un montón de gente que de repente se daba cuenta de que si tú tocabas un blues y lo hacías con la escala flamenca, ahí pasaban cosas. Entonces, la base de todo lo que nosotros hacemos es esa, una base que va mucho más atrás del rock and roll, del metal, de la psicodelia, del stoner y todos los géneros. La gran base es el blues con el flamenco, que son tres acordes, muchos sentimientos y mucha magia.

A pesar de que en los últimos años los festivales fomentaron un tipo de público más diverso e inclusivo, por momentos la propuesta de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba parece hecha para poner a prueba esa norma. ¿Cómo han logrado ganarse ese espacio?
Ya llevamos un tiempo tocando, y por ejemplo aquí en España ya nos conocen y cuando vamos a un festival o algún concierto el público ya sabe quiénes somos. Nosotros tuvimos mucha suerte y nos saltamos varios pasos. Digamos que en nuestro tercer concierto, ya teníamos delante como a 3.000 4.000 personas por un malabarismo del destino. Nos programaron en un festival y tal, y en ese día nosotros solamente teníamos dos canciones en Bandcamp y un videoclip, no teníamos nada más. Aquello estaba atestado de gente porque nos pusieron una hora muy buena y la gente del público después nos comentó que venían a ver ese grupo de una sola canción y con un nombre extraño. Hubo una serie de conciertos hasta que la banda se afianzó, la gente no sabía lo que pasaba, que éramos, que era la propuesta. De repente se quedaban con la boca como abierta sin saber muy bien qué estaba pasando como un conejo cuando le tiran las luces largas del coche, y ya después de la cuarta y la quinta empezaban a entrar en el juego, y al final estaban ya con la camiseta fuera. Nos hemos consolidado pero por ejemplo, cuando estuvimos en Los Ángeles tocamos delante de bastante gente también que no nos conocía, incluso ni siquiera hablaba castellano. Pero sé que hay cierta magia en el escenario de ver a seis tíos con el pelo largo, sudando y moviéndose mucho. Por ahí se quedan a ver si se cae uno, no lo sé, pero al final se terminan quedando.