
Cuando en octubre de 1995 se inauguró en Buenos Aires la sucursal porteña de la cadena Hard Rock Café, se usó como imagen promocional una guitarra con cuadrados amarillos y negros cual tablero de ajedrez, que era lo que le daría forma a su barra principal. La mayoría desconocía que se trataba del instrumento icónico de Rick Nielsen, líder de los inoxidables Cheap Trick. La elección puede ser vista como un acto de justicia, por más que hayan sido pocos quienes asociaron el diseño con la banda. El alcance del grupo en la región fue escaso, y sus feligreses son escasos en comparación a la de contemporáneos como Kiss o Aerosmith.
A pesar de eso, la ya legendaria banda surgida en Rockford, Illinois en 1974, alcanzó su status no solo a base de hits perennes y grandes discos, sino también gracias a ser una constante referencia de bandas posteriores al momento de mencionar sus principales influencias. Desde el costado más ecléctico de la Costa Oeste, con Mötley Crüe y Red Hot Chilli Peppers a la cabeza, hasta lo más mainstream del grunge con Nirvana, Pearl Jam y Foo Fighters, todos acusaron recibo de su obra. “Nosotros somos como Cheap Trick, solo que nuestras guitarras son más fuertes” sentenció alguna vez Kurt Cobain.
Desde sus primeros discos, el grupo amalgamó una combinación de sonido hard rock con estribillos del pop más adictivo. Con un crecimiento firme pero lento en su país natal, en Japón ya eran estrellas, por lo que decidieron editar un disco en vivo exclusivo para ese país, titulado At Budokan. Al poco tiempo, las radios de su país comenzaron a pasar temas de las escasas copias importadas que llegaban del álbum, la demanda creció exponencialmente y su sello tuvo que editar el disco, en lo que fue el primer gran éxito de Cheap Trick, con más de 3 millones de copias vendidas solo en Estados Unidos.
A diferencia de otros colegas con los que comparten longevidad como banda, Cheap Trick siempre evitó convertirse en un acto de nostalgia, y nunca dejó de editar nuevos discos de una dignidad admirable. Aunque el rock no pase por su mejor momento, ellos no dejan de apostar en nuevas canciones, como las 12 que integran el flamante A Different World editado en este abril pandémico de 2021. A sus 72 años, Rick Nielsen, fundador y guitarrista del grupo, aún parece disfrutar de su trabajo, e incluso de hablar sobre su propia obra. Tan así es que lo hace con una guitarra a su lado, a la que en más de una ocasión recurre para ejemplificar respuestas e ilustrar comentarios. “Es lo que hacemos, y tenemos mucha suerte de que a la gente le guste. No me imagino haciendo otra cosa. Es lo que siempre quise hacer desde que estaba en la escuela secundaria”, dice sobre una carrera que lleva ya veinte títulos y casi medio siglo de vigencia.
La idea del disco es que tuviera cierto carácter cíclico y que, cuando llegaras al final, te dieran ganas de volver a escucharlo desde el principio.
¿Cómo fue el proceso de este nuevo disco?
A Different World se grabó en 2019, Lo comenzamos en 2018, pero la grabación… (duda) bueno, grabamos todo el tiempo. En los discos anteriores hasta lo hicimos con nuestro propio dinero cuando editamos para (el sello) Big Machine. Ahora tuvimos la suerte que BMG se interesó en nosotros y lo sentimos como un honor. Que a esta altura un sello importante aún nos quiera, nos hace sentir bien y relevantes.
El título del disco es una referencia a los tiempos actuales...
(Interrumpe)Yo siento que para nosotros tiene más referencias a las situación política y social que vivimos en Estados Unidos. Me sucedió de hablar con gente de otros países y que me preguntaran “¿Qué está pasando con ustedes y todas las fake news?”. Por lo general, no se puede confiar en los políticos, pero últimamente ya era un exceso. Quisimos traer al primer plano algo más positivo y hablar de cosas reales. El disco se fue retrasando por la pandemia hasta el día de hoy, pero el sentido es el mismo. Cheap Trick siempre ha sido muy diverso, pero con una luz positiva, ¡o al menos eso espero!
Una de las canciones del disco que llama la atención es “Final Days”, con una impronta blusera no muy común en la historia del grupo.
Crecimos cerca de Chicago, hay que tener en cuenta eso, pero aun así quisimos darle nuestro toque y en lugar de hacer un blues tradicional le buscamos un lado más profético… “Final Days” puede referirse al final de algo, o el comienzo de otra cosa.Tiene un estribillo que realmente no encaja en una canción de blues, pero me recuerda a las influencias que teníamos cuando crecíamos como grupo (tararea la melodía) Te confieso algo: esa canción al principio se la enviamos a Joe Bonamassa para que la grabara él. Le encantó… ¡pero como podrás ver, no hizo nada! En el final tenes a Jimmy Hall tocando la armónica, que grabó con Jeff Beck, y todo aquel que haya tocado con Jeff Beck merece respeto.
¿Cuáles son las canciones de este disco que te dejaron más conforme?
“Light Up The Fire” me gusta mucho, y la parte del solo diría que es mi propia interpretación del de “Happening Ten Years Time Ago”, de The Yardbirds, que fue la primera vez que Jimmy Page y Jeff Beck grabaron juntos. Me dio la sensación de que algo así es lo que se necesita en este momento, además de que siempre trato de educar un poco a la gente al reconocer que el solo no es totalmente mío, sino que es “robado” de esa canción y es genial. La idea del disco es que tuviera cierto carácter cíclico y que cuando llegaras al final, te dieran ganas de volver a escucharlo desde el principio. Eso sí lo tuvimos en cuenta.
También incluyeron “Gimme Some Truth”, un cover de John Lennon.
No somos una banda política, pero en ese tema música y letra son de Lennon ¡así que vamos a echarle la culpa a él! (se ríe). La atmósfera en mi país casi que nos empujó, y sentimos que había que decir algo como dice la frase “Dame la verdad, que yo puedo manejarla”, además de que es una gran canción de Lennon. Justo por esos días habíamos ido al programa de radio de Steve Jones, Jonesy Jukebox. A nosotros nos encantan los Sex Pistols, y a mí en especial la manera de tocar y el sonido de Steve. Eso me animó a sugerirle si no quería grabar algo en ese tema. Le mandamos el demo y él por su cuenta sumó su guitarra, le encantó hacerlo y así fue como quedó. Él es un gran guitarrista rítmico, casi como nosotros en Cheap Trick.
Hablando de Lennon, es conocida tu participación frustrada en el disco Double Fantasy. ¿Qué recordás al respecto?
Fue una idea de Jack Douglas, que era nuestro productor desde el primer disco de Cheap Trick y justo fue convocado a producir ese álbum. John Lennon no había grabado en muchos años, y cuando comenzó con todos esos músicos muy respetados, Jack sintió que el resultado quizás estaba muy en una zona de confort que le daba un sonido muy pulcro y era necesario sacudir un poco a John. Primero lo invitó a Bun E. Carlos (baterista original de Cheap Trick) y luego me llamó para que participara en dos canciones: “I’m Losing You” y “I’m Moving On”. En el caso de “I’m Moving On”, la original era muy prolija y cuidada (agarra la guitarra para tocarla) y yo la aceleré un poco. A John le gustó lo que hice y le encantó mi solo de guitarra. Él estaba en la cabina con Jack y Bun E, y le dijo “Mierda, ojalá hubiera tenido a Rick en ‘Cold Turkey’, porque el solo de Clapton la ‘congeló’”. Jack me lo contó después… ¡Y yo no me congelo! (risas)
Otro grupo con el que tuviste bastante puntos en común es Kiss. Por empezar en el clásico “Surrender” está la frase “Got my Kiss records out” (“Saqué mis discos de Kiss”)...
(Interrumpe) Fue mi idea, ¡yo escribí esa canción!
Y además participaste en el primer disco solista de Gene Simmons
Me acuerdo que eran todos sesionistas muy profesionales, y por lo general cuando me llaman para participar en discos de otros yo toco lo que siento. No soy un sesionista que puede seguir al pie de la letra lo que piden con total perfección, creo que nunca toqué nada “perfecto”. A Gene le gustaba mi estilo, y yo era bastante nuevo entre todos esos músicos que ya tenían renombre.
Joe Perry, entre ellos.
¡Sí! Justo ahora le estoy enviando una guitarra a Joe que le debía. Tuve suerte de tocar con muchos artistas: Hall & Oates, Alice Cooper, Mötley Crüe, Foo Fighters… Siempre me llamaron para que sea yo, o al menos lo que creen que yo soy.
¿Qué artista que te haya convocado te resultó una sorpresa?
¡Paul Revere & the Raiders! Hace unos seis meses me llamaron y me dijeron “¿Conocés a Mark Lindsay (el cantante de Paul Revere)?”. Respondí que sí, y suponía que debía estar muerto para ese entonces, y me aclararon que no era así, y encima yo era uno de sus guitarristas favoritos. Así fue que hice una canción para ellos que les encantó, me pidieron otra más, y al final terminaron siendo tres. Hasta ahora nunca nos encontramos, solo hablamos por teléfono, pero aún estoy sorprendido.
Cheap Trick forma parte del Rock & Roll Hall of Fame desde 2016, una institución que levanta críticas y elogios. ¿Qué significó para ustedes?
Bueno, para la gente que no tiene idea de qué es lo que hago, o que no compra discos, te da una visibilidad importante. Cuando nosotros empezamos no existía un salón de la fama, como si había de fútbol americano o béisbol. De golpe, a principios de los ochenta surgió el del Rock And Roll, y a pesar de que ya éramos elegibles hace años, nunca entramos. Para mi el salón de la fama del rock and roll es haber dado más de seis mil shows y seguir trabajando hasta hoy. Cuando nos llamaron para entrar, nuestra respuesta fue: “Ok, no hay problema”.Creo que la votación a favor nuestro fue unánime, y se supone que uno de los principales motivos para entrar es la cantidad de artistas que influenciaste, lo que me lleva a no entender muchos de los que ya han entrado, pero al final de cuentas fue un honor y mantuve mi discurso de agradecimiento bien breve (risas). Lo que recuerdo de divertido de aquella inducción fue que era la misma ceremonia donde además ingresaba Deep Purple. Querían que Ritchie Blackmore tocara, pero había algunos problemas. Nosotros habíamos girado junto a Rainbow y yo me llevaba muy bien con Ritchie, me divertía. Me ofrecí a ser el mediador. “Yo voy a acercar las partes”, dije... y fracasé.
Muchos músicos te mencionan como una referencia. ¿Qué guitarrista dirías que fue el que más influyó en tu manera de tocar?
Jeff Beck, ese es mi favorito. Pude verlo desde sus comienzos en los Yardbirds, su primera formación del Jeff Beck Group junto a Rod Stewart, Ronnie Wood, Micky Waller y Nicky Hopkins y así muchas veces más. Somos amigos… mejor diría que buenos conocidos. Hace dos años me invitó a su casa. Él mejoró todo lo que se venía haciendo, es un artista increíble. Por lo general yo digo que soy un compositor antes que un guitarrista, porque hay tantos buenos y lo mío es “ok”.
¿Y tus mejores discípulos?
A ver, pensemos… Mike McCready, de Pearl Jam, los chicos de Foo Fighters, Green Day, todos ellos son buenos fans. Mötley Crüe, Aerosmith.... pero bueno, con Joe Perry soy muy amigo ya hace años, ¡aunque nunca me voy a sacar la remera para tocar la guitarra!
Tu look de saco, moño y gorra se transformó casi en una marca registrada de Cheap Trick. ¿Fue casual o premeditado?
Nunca quise ser Keith Richards o Jimmy Page, que eran los héroes de cuando yo empecé. Esta gorra siempre fue mucho más afín a mi personalidad. En séptimo grado me echaron del colegio. Estaba en la banda de la escuela y un día le dije al director de orquesta: “Usted es un borracho incompetente que no merece enseñarme musica ni a mi ni a nadie”. Me expulsaron enseguida, quedé afuera del colegio. Cuando quería lookearme con lo que sería “cool”, no me sentía cómodo ni me quedaba bien, sumado a que mi universo musical era bastante amplio. Ya en el primer disco tenés canciones como “The Ballad Of TV Violence” y “Mandocello”, que son como cosas opuestas. Todo eso soy yo: mi intención no era convertirme en estrella de rock, nunca fue mi objetivo, sino ser un buen compositor. Cuando encontré el moñito, la gorra y demás me pareció que iba bien. Me acuerdo que en los primeros shows la gente me miraba con cara rara, porque no daba con el look de un guitarrista. Años más tarde, cuando vi a Angus Young dije: “Eso es brillante”. La banda es buenísima, y la imagen de Angus distraía, pero lo hacía aportando al entretenimiento. ¡Un genio!