
Después de su salida de Nightwish, Tarja Turunen emprendió una carrera solista que le permitió desdoblar y unir sus personalidades musicales a gusto y placer: hizo discos de rock, claro, pero también de canto lírico. In the Raw, publicado hace un par de meses, se diferencia de su obra previa por su sonido, que se anticipa ya desde el título. "Es bastante distinto a los anteriores porque cuando los primeros demos fueron grabados por los músicos, sonaban bastante ásperos y crudos. Cuando los escuché con mas atención me gustó esa característica", confiesa la cantante finlandesa, que hoy presentará el álbum en El Teatro Flores.
"Noté que con pocos elementos las canciones sonaban pesadas, poderosas y con la fuerza suficiente que busco", continúa Tarja. "Ese 'poder' en las canciones fue algo que siento que faltó en algunas de mis producciones anteriores… Mi banda en vivo es muy fuerte y como mi voz también lo es necesito que tanto la guitarra como el bajo y batería estén a la altura y me den el soporte necesario. Por eso busqué más ese sonido en este disco, que sea más crudo. Ese fue el objetivo por el cual trabajamos muy duro con el ingeniero de mezcla Tim Palmer, porque no es algo a lo que él esté acostumbrado, pero quedé muy feliz con el resultado final. Además, esta vez en la parte lírica fui a experiencias personales muy profundas. Quería hacerlo, lo necesitaba y por eso me abrí para expresarlo, lo cual me hizo muy feliz".
La identidad del rock and roll se mantiene fuerte en gran parte por la base de fans. Estan ahí, aún se interesan por nuevo material; eso no se diluye, sin que importe donde hoy la industria esté poniendo el foco.
En relación a eso, ¿cuáles son las canciones del disco que hoy te representan mejor?
No es fácil elegir porque todas son creaciones mías y de una forma u otra están en el disco por alguna razón… Para mí todo el disco es como un viaje desde que comienza la primera canción, y fui muy cuidadosa en el orden que fueron puestas para que tengan un sentido. En un punto, ese viaje para mí fue como un autodescubrimento y elegir una me cuesta.... Mi música es siempre bastante dramática y hoy te diría que “Silent Masquerade” puede dar una imagen de lo que es el resto del álbum, pero no completamente, porque cada canción es diferente y hay que escucharlo completo para entenderlo y entenderme mejor.
¿Cuántas canciones de In the Raw vas a tocar en Buenos Aires, donde viviste varios años?
Justo vengo de terminar una gira por Rusia y en promedio estamos incluyendo cinco o seis canciones por show. La gira es para presentarlo, así que nunca tocamos menos de eso. Y es muy lindo ver las reacciones de la gente: la mayoría sabe las letras y las canta a pesar de que salió hace muy poco. Eso es muy gratificante y estoy ansiosa por tocarlas en Buenos Aires y ver las reacciones allí.
Después de haber hecho tantos discos, ¿todavía te provoca esa sensación similar al nacimiento de un hijo o ese sentimiento ha cambiado?
Se mantiene bastante similar. Un nacimiento es siempre bastante doloroso, de una forma u otra, y a eso se le suma que en cada nuevo álbum me involucro en más cosas: la producción, la composición y en todo el proceso creativo del disco. En ese sentido, es doloroso porque toma tiempo, soy bastante perfeccionista y eso es algo que casi siempre resulta medio inalcanzable, pero el objetivo es tratar de acercarse todo lo posible. Al final son nuevos bebés y el sentimiento cuando todo el proceso ha finalizado es de salir cuanto antes a mostrar las canciones y tocarlas en vivo. En ese momento es donde hoy estoy parada.
Hace ya siete años que sos madre. ¿Como te arreglaste para combinar las tareas de la crianza y las de la artista, sobre todo en las giras?
A los pocos meses de nacer, mi bebé vino de gira conmigo; creo que tenia unos seis meses y fue una experiencia maravillosa. Eso se prolongó por sus siguientes cuatro años de vida. Éramos una familia de gira, porque mi manager (el argentino Marcelo Cabuli) es el padre y fue genial. Luego todo cambió, porque ella tenía que ir al colegio y ahí sí fue algo difícil para mí cada vez que tenía que irme y decirle adiós. No es una combinación sencilla ser madre y una artista internacional, porque tu territorio es todo el planeta y con cada disco son giras de dos años; con pausas, pero nunca menos de eso. Por suerte, mi hija entiende perfectamente lo que hago, dónde estoy, con quien estoy, porque esa era su vida antes de empezar el colegio. Entonces, cada vez que me puede acompañar ve a “sus chicos”, como le gusta decirle a mi equipo de gira. Quiero agregar que soy una madre muy orgullosa y ver toda esa experiencia de vida que le pudo brindar a mi hija cuando me acompaña en una gira es casi un don.
En esta industria que se modifica día a día, ¿te interesa desarrollar nuevas estrategias para tu música o preferís mantenerte con el manual de vieja escuela de sacar un disco completo cada tanto?
Soy bastante “vieja escuela”, por decirlo de alguna manera: me gusta trabajar en el concepto de un disco, involucrarme con el arte de tapa... En esos aspectos, me sigo manejando igual que siempre. Sin embargo, las nuevas formas en la industria de la música me han afectado. El networking, las redes, el download, media data, etcétera, son herramientas que tengo que utilizar para mi proyecto y para comunicar mis actividades. Por otro lado, agradezco tener un público que es tan leal. En general, con el oyente de rock sucede eso… Tengo fans que me siguen hace mas de 20 años y aun están ahí, pendientes de cada nuevo paso que doy. Eso no sucede con todos los géneros de música. Con los chicos, hoy el proceso para consumir música es muy distinto: ya no tienen que ir a un comercio a esuchar disco, toda la información la tienen delante de sus narices. Por un lado, es fantástica la facilidad; por otro, no puedo evitar extrañar aquellos tiempos en los que estaba toda esa excitación de ir a buscar un nuevo lanzamiento que habías esperado durante mucho tiempo. Hoy lo tenés el mismo día del lanzamiento... ¡o quizá una semana antes, si es que se filtró!
A pesar de que muchas bandas de rock mantienen su convocatoria en las giras, se habla de la muerte del género. ¿Le encontrás alguna explicación?
Bastante gente me ha señalado lo mismo, que se han perdido espacios y en algunos ámbitos ya no parece ser algo relevante… En parte, creo que una explicación puede ser que en los últimos años hemos perdido muchas leyendas de esta música, gente que ha iniciado caminos. Sin embargo, siento que la identidad del rock and roll se mantiene fuerte en gran parte por esa base de fans que mencionaba antes. Estan ahí, aún se interesan por nuevo material; eso no se diluye, sin que importe donde hoy la industria esté poniendo el foco.