08/06/2021

José González, entre Dinosaur Jr. y Mercedes Sosa

La intimidad como espectáculo.

Gentileza
José González

Aunque habla el idioma desde que nació, José González nunca había cantado una canción en español hasta ahora. “Había intentado hacerlo otras veces, pero recién ahora salió. Supongo que tiene que ver con que me acostumbré a escribir en inglés. Las veces que intenté hacerlo escribía un poquito, después trataba en inglés y me salía más fácil”, dice el músico sueco hijo de argentinos sobre “El invento”, su primera composición en el idioma de sus padres. El tema funcionó como adelanto de Local Valley, su cuarto disco de estudio, que verá la luz en septiembre, en el que también se permitió saldar la deuda con su lengua natal al incluir una canción en sueco. “Cuando era joven, a los dos idiomas los sentía demasiado directos cuando escribía, y me gustaba tener un poco de distancia en las letras que cantaba”, explica. 

Para presentar Local Valley, González realizará un concierto en streaming en dos etapas y con tres meses de diferencia. La primera, con el título, Up Close & Personal, será este jueves, en un formato íntimo desde el Jardín Botánico de Gotemburgo, donde el músico estrenará algunas de las canciones del disco e irá armando la lista de temas en función de la interacción con los espectadores. Al momento de elegir la locación, el autor de “Crosses” tuvo en cuenta su propio vínculo con el lugar. “Vivimos bastante cerca de ahí, y con los años paso cada vez más tiempo ahí, voy a caminar o correr, muchas veces con mis propios demos. Grabo en casa y me gusta escucharlos en otro estado de mente, y cuando estoy en ese bosque me surgen ideas y salen nuevas palabras", dice. 

Si bien reconoce que la experiencia del streaming juega a favor de lo despojado que es su repertorio, la duda está puesta en cómo lo vivirán los espectadores del otro lado de la pantalla. “Vamos a ver cómo se siente para la gente, porque hay muchos a los que les gusta estar sentados en un teatro lindo, es otro tipo de intimidad”, explica. Esa salvedad es la que define el eje del segundo encuentro, que será de modalidad mixta. El 12 de septiembre, José González transmitirá un show presencial que se llevará a cabo en el Stora Teatern, un teatro histórico fundado en 1859. Allí, el músico dará comienzo a una gira que comenzará ese mismo mes en Estados Unidos junto a Rufus Wainwright, y que continuará por su cuenta en Europa, de octubre a diciembre.  

La urgencia no es lo que define a la carrera discográfica de González. Local Valley llegará a las bateas a seis años de su antecesor, algo que él toma con relativa normalidad. “Suelo tardar unos tres años entre discos, eso es lo normal para mí. Soy lento para escribir las canciones, y una vez que empiezo a grabar soy bastante lento también para elegir las versiones que más me gustan. Y, además, mis disqueras también son lentas: les gusta tener medio año para preparar al mundo porque viene un nuevo disco”, resume. A ese ritmo se le sumó el nacimiento de su hija, que lo obligó a ajustar aún más su cronograma: “Tenía menos tiempo de lo normal para sentarme y ensayar con la guitarra, así que la dejé de lado y esperé hasta que empezó la guardería. Recién ahí tenía el tiempo continuo (sic) que necesito para agarrar esos demos bastante malos e ir mejorándolos semana tras semana”, dice.

Con una obra compuesta casi en su totalidad solo por guitarra y voz, González no teme a la repetición. “Yo me comparo con artistas como Dinosaur Jr., que sacan discos en los que sabés qué es lo que viene, pero son canciones nuevas, y eso es lo lindo. Hay un estilo que me funciona, y en eso me he sentido bastante cómodo”, dice para trazar una comparación. “En los últimos años estuve variando un poco, introduciendo más y más influencias de África, y ‘Head On’, el próximo single, está bastante influenciado por la música del desierto del Sahel. Además, en este disco uso también cajas de ritmos, que es algo con lo que estuve experimentando en mis viajes. Me siento y programo unos cinco o diez minutos, y decidí poner eso en lugar de la percusión acústica”, completa. 

Si bien “El invento” es la primera manifestación explícita en su obra, José González asegura que la herencia cultural de sus padres estuvo siempre presente en su formación. “Crecí con música de folklore. Estaba el grupo Markama, del que teníamos cassettes en casa, y Mercedes Sosa, por supuesto. Desde que toco mi propia música, siempre miro un poco hacia Latinoamérica y Argentina para ver cómo me comparo y dónde están las raíces. Está la música andina, con la escala pentatónica, que me inspira mucho. Hay muchos detalles, pero  siempre he vivido en Suecia así que mis raíces argentinas son algo que me dan ganas de explorar más”, dice.

A pesar de haberse hecho conocido por una forma de canción de algún modo hermanada con Nick Drake, González tuvo un comienzo un tanto distinto con la música, como bajista de grupos de punk y hardcore, mientras al mismo tiempo estudiaba guitarra clásica. “Cuando empecé a estudiar en la universidad seguía siendo un hobby, pero cada vez tenía menos tiempo para dedicarlo a grupos que no tenían éxito”, afirma. Una vez que sus canciones en solitario despertaron la atención suficiente, colgó para siempre sus estudios de bioquímica, una disciplina que no encuentra tan lejana a la música. “Creo que las conexiones son sutiles, pero están ahí. Me interesa mucho la ciencia, cómo funcionamos y cómo funciona el mundo, y eso también inspira mi modo de verlo, que es humanista y secular. Tiendo a ver el mundo de un modo natural y no sobrenatural como muchos otros”.