
De la mano de Versiones desde Casa, el nuevo disco que acaban de estrenar, Las Pelotas revisitó su obra y así ocupó su tiempo durante la reclusión pandémica. El resultado es un puñado de canciones con pulso hogareño en la faceta acústica del grupo, grabado de forma artesanal y a la distancia por cada uno de ellos. Versiones desde casa está necesariamente ligado al contexto de crisis, pero aún así intenta mantener aires de esperanza. “Hoy es un día bueno / No sé cómo decirlo bien”, canta Germán Daffuncio en “Cuántas cosas”, el tema que abre el álbum. “Para mí este disco nos funcionó como terapia. Fue terapéutico”, le dice Gabriela Martínez, bajista y pilar fundamental de la banda, a Silencio. “Esto fue una forma de mantenernos unidos y volver a trabajar juntos”.
Sin llegar a presentar en vivo Es así -el disco que lanzaron el mismo marzo de aquel 2020- en el show que tenían planeado para el Hipódromo de Buenos Aires, durante los primeros meses de restricciones sanitarias el grupo decidió reversionar algunas canciones para mantener activas sus redes sociales. Esa propuesta creció y lo que sería alguna canción con video terminó siendo un disco. “Fue un desafío. Cada uno debía conseguir el mejor audio posible con lo que tenía a mano para lograr algo digno”, cuenta Gabriela. “Uno grababa, se subía a una carpeta de Drive compartida por todos y de ahí cada uno bajaba y probaba arriba de lo que había hecho otro”. Sin embargo, a esa idea que comenzaba a crecer decidieron encararla con una búsqueda artística diferente. “Queríamos darle una vuelta artística".
La búsqueda musical de las canciones fue, también, guiada por la experimentación. Escuchar a Las Pelotas en formato acústico no es algo que suceda muchas veces y, si bien con los años han ganado en delicadeza y elegancia frente al vértigo rockero y caótico de sus primeros años, esta revisión de canciones despojadas es algo novedoso. “Fueron cosas aisladas cuando hicimos acústicos. Algún show para la televisión o alguna presentación de disco en la que incluímos un segmento así. Para el show del hipódromo teníamos pensado un momento acústico. Supongo que ahí apareció la semillita de lo que después terminó siendo este disco”.
Sumado a esto, la elección de las canciones también jugó su papel clave. Históricamente, el grupo se caracterizó por mirar hacia adelante, superar sus propias tristezas y tragedias cercanas con la pérdida de compañeros de grupo y continuar sobre su camino. Sin embargo, no fue un disco de canciones nuevas el que eligieron hacer sino reversionar su propio repertorio. “Sabíamos que nos competíamos a nosotros mismos. Salió un disco de temas nuevos hace 14 meses nada más”, dice Gabriela. “También sucede que componer de esta manera remota es mucho más raro. Nosotros lo hacemos juntos como una especie de usina de canciones. Ahí se unen las energías de todos y sale la música”.
“A mí me asombra el poder de adaptarnos que tenemos como grupo”, dice. “Podemos ir a hacer un show para muy poca gente en Los Antiguos, tomarnos un avión y tocar en un festival para 25 mil personas y de ahí a Jujuy para 200". La incertidumbre pandémica y la imposibilidad de mirar mucho más allá para proyectar obligó a todos y cada uno a buscar un espacio en el que verter el tiempo, la cabeza y la energía. Las Pelotas, por ejemplo, hizo este disco. "Compartimos tantos años y tantas situaciones, que tenemos el poder de adaptarnos a todo como grupo. En esta situación también. Adaptarnos, sacar lo mejor que podíamos cada uno desde su casa. Todo sea por una energía de un bien común”.