
A tres años de su último trabajo de estudio, El Mató a un Policía Motorizado viajó a Texas para grabar su siguiente disco. La banda platense volvió a instalarse en los estudios Sonic Ranch en el tiempo libre después de una gira por Paraguay, Colombia y México para comenzar a dar forma al sucesor de La síntesis O’Konor, y continuarlo una vez que la banda vuelva a salir a la ruta. “Como este año es muy intenso, la idea era aprovechar los huecos. Ahora vamos a estar una semana, y en septiembre, que tenemos una gira por Estados Unidos, vamos a volver acá. La idea es aprovechar el poco tiempo, porque sino después no lo hacemos más”, explica Santiago Motorizado.
La llegada al estudio en el que la banda grabó su último álbum no fue sencilla. “Fue toda una movida, porque yo era el único que tenía la visa vencida, y la tuve que hacer en tiempo récord”, explica Santiago. “Cuando finalmente la tuve en mis manos, nos dijeron que no había lugar y me quería matar. Pero después nos llamaron y nos dijeron que se había bajado Cage the Elephant y quedaba un estudio libre. Todo era así a último momento, medio de culo. Cuando estábamos por viajar me di cuenta que me faltaba una vacuna porque yo tengo dos dosis de Sputnik, y justo salió lo de Vizzotti a último momento”, dice el bajista sobre la autorización de Salud a aplicar nuevas vacunas para quienes tuviesen que viajar.
Aunque recién ponen marcha al proyecto, la idea de ampliar la discografía de El Mató a un Policía Motorizado lleva varios años de maduración. “En la pandemia nos detuvimos mucho. La idea de este disco era para 2020, pero estaba toda esa situación de incertidumbre. Nos daba miedo empezar un disco, sacarlo y que no haya gira, que fuera todo un bajón”, explica el bajista. Dos años después, el escenario es el opuesto, y la banda se encuentra de gira constante, así que la solución fue incorporar un estudio móvil. “Tenemos una compu con una placa y unos parlantitos para ir maquetando en el viaje. Está buenísimo, porque liquidamos los tiempos muertos. Si llegás a una ciudad nueva te dan ganas de pasear y eso, pero en lugares que visitamos muchas veces cubrimos esos baches con trabajo, componiendo y haciendo demos”, dice Santiago.

Para Santiago, la elección del estudio del lugar donde empezar a trabajar en el nuevo disco no es fortuita. “Lo que tiene Sonic Ranch es que es un estudio top en el mundo. Antes era muy barato, ese era un plus Ahora sigue siendo barato por todo lo que tiene pero aumentó bastante. Sigue siendo muy cómodo en todo sentido: uno está en el medio de la nada, con la cabeza puesta cien por ciento en la música”, dice. En el último tiempo, la cantidad de salas de Sonic Ranch se amplió, y ahora El Mató ocupa The Blue Room, la más remota de todas, y equipada con una consola Neve. “El estudio donde estamos grabando ahora está bastante alejado, y lo que está bueno es que sigue siendo accesible económicamente, tiene un backline de instrumentación y equipos que es increíble, con un montón de cosas siempre en aumento. Por lo general en otros equipos todo está por separado, uno alquila el estudio y por otro tiene el backline y una casa donde vivir, acá está todo junto”, remarca Santiago antes de sumar como valor agregado que es también el lugar donde grabaron algunas de sus bandas favoritas como Deerhunter y Beach House.
Y de algún modo, trabajar en el lugar donde se gestó La Síntesis O’Konor también sentó las bases para el repertorio nuevo. “Estamos terminando de darle forma a las nuevas canciones. Hay de varias épocas, pero todas son un formato muy básico con algunos tonos, melodías y un pedazo de letra y les terminamos de dar forma ahora. Diría que el punto de partida es La Síntesis: la experiencia acá en Sonic Ranch fue muy importante para nosotros, cambió un montón de cosas para la banda a nivel artístico, estético y en todo sentido”. completa.
Con Eduardo Bergallo otra vez detrás de los controles, el proceso todavía tiene bastante por delante. “Tenemos cinco canciones más o menos terminadas, les estamos dando la forma final ahora. Si volvemos con una ya mezclada, estamos hechos. Si volvemos con más, mejor. Pero la idea era arrancar, esa era la premisa para no enloquecernos, pero sería lindo tener un adelanto y poder editarlo en mayo”, se ilusiona Santiago. Y adelanta: “Tenemos una canción que está bastante loca pero me gusta mucho y estamos grabando la batería de otra que se va un poco por las ramas, lo que me copa, me genera vértigo y me entusiasma. Creo que se van a asombrar los seguidores de El Mató, y eso es lo que me divierte: experimentar un poco, ir a lugares poco conocidos para nosotros, aprender en ese movimiento y sorprender”.