
Aunque su uso del lunfardo parezca indicar lo contrario, basta escuchar hablar a Delaossa para detectar un acento ibérico inconfundible. Tanto al hablar (“Bajo a fumar un pucho”, dice antes de la nota) como en su obra (“Ya no tengo mala cara yendo pa'l laburo” y “Ahora los pibes le piden mi hoodie a Santa”, enuncia en ‘Santo”), el rapero nacido en Málaga cuela la jerga local cada vez que abre la boca. El detalle en cierto modo grafica cómo creció su vínculo con la Argentina desde 2019 con la publicación de su primer disco en solitario, Un perro andaluz, continuó con un feat junto a Nicki Nicole y sigue con un show con entradas agotadas en Niceto este viernes.
Desde un primer momento, Delaossa entendió que la manera en la que tenía que abrirse camino en el género era cruzando el Atlántico. “Creo que Latinoamérica es un territorio bastante hip hop, siempre lo ha sido. Aquí se vibra mucho con el rap y todo lo relacionado con él. Llegar aquí con mi música es entrar en un territorio donde se sabe, y eso siempre está bien”, dice. Nacido bajo el bombre de Daniel Martínez de la Ossa Romero en El Palo, una localidad pesquera, desarrolló su vínculo con el género en un contexto en el que el reggaetón se perfilaba como único telón sonoro. “Me sentía un bicho raro, me vestía de una manera que no se usaba en esa época. Pero la resistencia que hemos tenido con el rap siempre estuvo bien, porque hemos sido un nicho que poco a poco fue creciendo”, explica.
“Al final toda esa intensidad vital ha tenido recompensa, porque mira donde terminó todo el género, se ha hecho una música popular Estoy orgulloso de haber sido unos de los primeros por apostar por el rap en mi barrio, porque el tiempo me dio la razón” completa sin modestia para referirse a un género al que se acercó por la simpleza de recursos con las que podía bajar al llano sus inquietudes artísticas. “No sabía tocar instrumentos, no tenía una banda que me acompañase, y en el rap cuando empiezas solo te hace falta un beat de internet para hacer freestyle o para escribir, es bastante accesible”, explica sobre sus primeros demos. Su llegada al género también coincidió con un viraje global en el que el hip hop (y por ende también sus canciones) adoptó una postura más contemplativa. “Ese proceso fue acompañando mi madurez personal y también la de los que me rodeaban, que nos cansamos de lo que llamo el meta rap, que es hablar de rap en el rap”, dice para marcar distancia con viejas formas.
De algún modo, la búsqueda tuvo que ver también con saber ponerse en el foco compositivo sin subirse a un pedestal. “Vimos que teníamos un medio donde contar nuestras experiencias, lo que nos rodeaba, de los problemas de la gente. Creo que mi rap ahora habla más de mí y de mi vida que del meta rap. No quiero competir con nadie, yo estoy en la mía. Ahora compito contra mí, mi pasado y mi propia música”, sentencia. Esa batalla contra su propia carrera es el motor artístico en algún modo lo hace entrar en conflicto con lo que parte de su audiencia espera de él. “Siempre está el público que me pide algo como la movida anterior, a todos los artistas les pasa lo mismo. Pero yo no me divierto, no disfruto, y siempre estuve buscando sonidos nuevos y formas de hacerlo diferente. La música y el rap en concreto dependen de la diversión, de querer mejorar, de querer aportar otro tipo de colores y así lo voy a tener siempre, no creo que me estanque en un género”, dice.
Aunque se formó consumiendo rap hecho en España, para Delaossa en su país el género tardó en desarrollar una identidad propia. “Escuchaba sobre todo los clásicos, Violadores del Verso, Hablando en Plata Squad y Triple XXX, que son de mi ciudad, pero noté que el rap en España no se entendía, y sí entendía el rap de Estados Unidos”, dice antes de explicar una diferencia idiomática clave. “Lo hablamos con varios artistas: faltó saber inglés. Se traducía la cosa como se quería y no como se debía. Creo que el rap español a partir de no entender bien el inglés ha creado un género muy concreto, muy suyo, pero luego está el estadounidense, que es la cuna y la raíz, y hay que rendirle culto”, detalla. En “Santo”, su más reciente single, Delaossa espeta “Estoy entrando al mainstream pa' educar al mainstream / Pero ya lo entenderéis cuando muera como James Dean”, y el paralelismo es al menos llamativo. “No es que me compare con su carrera, porque sería un desacierto. Pero es un poco el sentimiento de que cuando mueren los artistas o cuando se retiran, recién ahí es cuando empiezan a comprenderlos de verdad. La frase era un poco eso: quiero llegar al mainstream y ya entenderéis cuando yo falte lo que estoy haciendo. Ahora parece que la gente no está entendiendo el movimiento, pero ya lo hará”.