04/05/2022

Daniel Melero y los NFT como una utopía

Quiero estar entre tu wallet.

Rodrigo Ottaviano / Gentileza
Daniel Melero

Para Daniel Melero, una obra compleja no puede menos que ser parte de un entramado de iguales características. Para el lanzamiento de la primera entrega de Qualia, una saga de cuatro discos aún en desarrollo, el autor de “Quiero estar entre tus cosas” decidió sumergirse en el mundo de los NFT, pero lo hizo a su manera. Ultima Thule será lanzada a través del sello digital Fuxia y del marketplace de arte no fungible Qurable en una serie de etapas que convierten al proyecto en una experiencia de participación colectiva. “Estaba a punto de mandar a imprimir los vinilos y me llegó esta propuesta de Fuxia. Nos reunimos y sencillamente no tengo otra cosa más inteligente que decir que lo que yo vi en sus ojos fue una utopía, y a mí me interesó eso”, explica Daniel.  

Ultima Thule será lanzado en cuatro series consecutivas, y quienes inviertan sus criptomonedas en cada una de ellas obtendrán un descuento para la etapa siguiente. Los beneficios incluidos en cada uno de esos pasos van desde al acceso a material en digital, una invitación a un cóctel en la presentación oficial del álbum que se realizará este sábado 7 en el ND Teatro, una conferencia virtual y la liberación de stems de cada una de las canciones del proyecto para que los integrantes de la comunidad puedan remezclarlas y publicarlas mediante una licencia comercial NFT. En el cuarto y último eslabón de esta cadena, el disco será lanzado en vinilo en una edición limitada de 250 unidades y no estará disponible en ninguna tienda digital de streaming. 

Aunque no es la primera vez que decide acudir a una vía no convencional para publicar su música (en 2006 lanzó el álbum Acuanauta a través de una interfaz descargable), Daniel Melero ve la publicación de Ultima Thule como un paso más en su recorrido artístico: “Después de tantos años, que son muy pocos porque los seres humanos duramos poco, salvo por el disco de 78 rpm vi un montón de cambios, y de alguna manera creo que el abordaje en estas tierras enigmáticas a mí igual me nutre. Es así de sencillo cómo funciona el asunto”. Parte del atractivo de su nuevo material, dice, es que no responde a una noción concreta de patrón rítmico. “A mí me interesa mucho más el tiempo que el tempo. Eso ya coloca las ideas de ritmo y las ideas texturales en otro sitio que no se cierra cada 4, 8 o 16 compases. En algunos temas ni siquiera sé bien cuál es el compás, porque renguea el groove. La música en general tiene denominador par, y uno de los grandes males que hay es este afán de que todo encaje. A mí me parece que ese es el territorio donde podemos generar una mayor disrupción e interés en la música, afuera del corset del tempo”. 

A la hora de entender el concepto que atraviesa todo el proyecto, los nombres elegidos son una clave. “La qualia es un sentir sin representación, y tiene que ver con encontrar esa definición y salir corriendo a hacer algo, como siempre fue para mí. Y Ultima Thule es un cuerpo celeste compuesto por dos asteroides que se pegaron en vez de romperse. Eso también me atrae mucho, la excepción”, dice Melero para una política creativa que podría aplicarse a cualquier parte de su obra. En esa cadena elaborativa, los NFT aparecen no como una necesidad real, sino como un valor agregado. “Tiene que ver con la idea de ‘jugar’ a la música. Esto se podía haber hecho antes, no hacían falta los elementos no fungibles. Y es en esta zona donde esto es fascinante, porque es imposible que esto no sea erróneo. Está repleto de utopías e intenciones positivas. Esa conjunción entre negocio y que yo podría haberlo hecho de manera clásica , y vaya a saber si no me iría mejor, me va a ir mejor siendo parte de esto, porque acá hay intenciones de crear y recrear belleza”, completa.

Si bien en un momento Melero había comenzado a revisar una serie de grabaciones inéditas de toda su carrera, ese proyecto no verá la luz en un futuro cercano. “A la edad que tengo se espera que tenga más recuerdos que proyectos, y a mí no me funciona así la vida. Por eso era imperioso para mí postergar más recuerdos del futuro y vincularme con el presente que me parece que es el que tengo que decir”, explica. Esa postura, asegura, de algún modo le saca peso a ese rol de visionario que se le suele endilgar y del que él mismo suele huir. “No hice esas cosas pensando que eran la vanguardia del próximo negocio. Cada disco que hice me resultó inevitable de hacer, conteniendo todos los errores que pueden tener mis publicaciones. Puede ser un halago, pero sería quedarme con haberlo hecho antes que los demás, y nunca me sentí de vanguardia. Creo que con suerte a veces he sido contemporáneo”