03/11/2016

Courtney Barnett y su teoría de lo simple

La artista australiana define su música menos palabras que las que usa en sus títulos.

Danny Clinch / Gentileza

Tres actos definen a Courtney Barnett: dibujar, escribir poesía y hacer música. Su disco debut, Sometimes I Sit and I Think, and Sometimes I just Sit (2015), es una sincronía de dichas dotes artísticas, que no desbordan sino que se mantienen dentro de los parámetros de lo sencillo. Entonces, la clave ante tanto revuelo por Barnett definitivamente está en lo simple, pero también en sus letras, igual de infinitas que sus títulos, que hablan sobre la cotidianidad de la artista sin dejar de lado ninguna arista, por más ridícula o trágica que sea. Con esa propuesta, el año pasado fue nominada a los Grammy en la categoría de Mejor Artista Nuevo y en pocos días se presentará por primera vez en la Argentina en el festival Music Wins el próximo 13 de noviembre.

A diferencia de la premisa que plantea el título de su primer álbum, la australiana no esperó sentada para comenzar su carrera. En 2012, creó el sello Milk Records y lanzó su primer EP I've Got a Friend Called Emily Ferris, y en 2013 editó How to Carve a Carrot into a Rose. Ahora su sello, además de publicar su música, también trabaja con artistas con los cuales Barnett ha compartido shows en su Melbourne natal: “Muchos son amigos que me inspiran y que admiro su forma de componer. Es muy emocionante poder poner su música en circulación”, dice ella. No obstante, también reconoce que no entiende del todo a la industria musical y que, al igual que en todo, hay aspectos buenos y aspectos malos. “Lo positivo es que del otro lado del mundo la gente puede escuchar mi música, vuelo y la gente asiste a mis shows. Si eso es la industria musical, entonces es genial”, sentencia.

Más allá de sembrar su propio camino, Barnett ha sido comparada con muchos artistas por su forma de cantar, por su forma de escribir o simplemente por su actitud relajada, que cierta crítica especializada ha pasado a denominar slacker rock. Pero la realidad es que la cantante juega dentro de su época y el mejor ejemplo de ello es la letra de “Nobody Really Cares if You Don’t Go to the Party” que habla de cierta indecisión, síntoma de estos tiempos de ansiedad social. “Mis canciones son sobre cosas personales, pero también tratan sobre cosas universales. Es como un resumen de mi perspectiva” explica. No obstante, entre tantas palabras pareciera que la música está en segundo lugar, aunque su creadora no lo considera así: “Mi proceso de composición cambia de canción a canción. A veces, la melodía y la letra se dan juntas, otras veces no. Aún no encontré una fórmula, simplemente lo hago y trato de escribir la mejor canción que pueda”, concluye con optimismo .