19/03/2022

Miley Cyrus en Lollapalooza 2022: estrella más allá de los estilos

¿La enfermera del rock and roll?

Miley Cyrus

El rock agoniza, entonces llega Miley Cyrus con un desfibrilador en la mano, dos choques eléctricos y voilá: larga vida a las guitarras eléctricas y las poses a lo Robert Plant frente al micrófono. Ok, la imagen es muy bonita y tiene algo de cierto. Es que, en el cierre de la primera jornada de Lollapalooza 2022, la estadounidense le dio una lección de aquel viejo y querido rock a una generación que creció viéndola salir de la crisálida de Disney hasta convertirse en una estrella que trasciende los estilos. Pero a juzgar por el resto de lo que se vio en la jornada -y salvo excepciones como Turnstile-, el rock sigue con respirador artificial. O al menos está durmiendo la siesta.

El punto no es, entonces, si Miley Cyrus es la bendita "enfermera del rock and roll" que se metía en la cabeza de los New York Dolls. Sí, la dama salió a comerse el escenario enfundada en un catsuit negro y anteojos ídem, y enseguida metió buena parte de "Where is My Mind?" de los Pixies en medio de "We Can't Stop", pero pedirle redenciones externas sería demasiado para una artista que encontró medio a los tumbos un camino de evolución tan interesante como movilizador. ¿Miley "se hace la rockera"? Chiques, mientras Lady Gaga se subía al escenario con Metallica, la ex Hannah Montana grababa discos alucinados con los Flaming Lips. Sí, hace poco ella también cantó con Hetfield, Ulrich y compañía: de la experimentación al mainstream demoledor, es la vocalista quien parece haber recibido la descarga eléctrica rockera. Y a diferencia de Gaga, a Miley le funcionó el micrófono.

"¿Qué carajo sé yo?", entonó entonces, como desmarcándose de cualquier cavilación de crítico aterido en la noche del viernes. Pero sí, su show demoledor fue un shock tanto para el cuerpo como para las neuronas. Por las citas y versiones, que fueron desde "Heart of Glass", de Blondie, hasta "Bang Bang (My Baby Shot Me Down)", que popularizó Nancy Sinatra, con un mojón en la notable "Jolene" de su madrina Dolly Parton. Por la parada de la Cyrus sobre el escenario, mezcla de Debbie Harry con Iggy Pop. Por cada distorsión que reformuló viejos hits como "See You Again", "The Climb" y "Party in the U.S.A." (que cerró el show con un largo solo de su guitarrista, mientras ella se sacaba selfies lengua afuera o mostraba la bandera del arcoiris LGBTQI+).

¿Será el rock sólo una parada en la evolución como artista de una exestrellita pop? Si es así, no hay que perderse lo que está sucediendo en el camino, porque Miley Cyrus está tirando magia. Quizá no sea necesaria tanta cita a referentes rockeros: temazos como "Plastic Hearts", "Wrecking Ball", "Midnight Sky" y -especialmente- "Nothing Breaks Like A Heart" son muestras del talento de la cantante. Y encima tiene una voz única, con cierta rugosidad melodiosa tan distinguible que cualquiera que se le acerque quedará en offside. No hace falta que salve al rock ni a nada, con disfrutar de su arte alcanza y sobra.