20/02/2023

LP en el Luna Park: de amor y de soledad

Terapia colectiva.

Pilar Miranda - Gentileza
LP

LP regresó a Argentina en el marco de su gira Churches, con un show congsagratorio en el Luna Park. Y aunque el recital fue el viernes por la noche, para el núcleo duro de sus fans la odisea arrancó el martes, día en el que comenzó un acampe en la entrada del estadio para tener una vista privilegiada de Laura Pergolizzi, un fenómeno local silencioso pero cada vez más creciente. 

El recorrido y el incremento desmedido de LP en nuestro país, y a nivel mundial, se dio casi sin preámbulos, de la noche a la mañana. Tras el éxito de Lost On You en 2015, la artista estadounidense se embarcó en varias giras y arribó a la Argentina con dos shows agotados en Vorterix en 2019. Al año siguiente debía presentarse en el Lollapalooza, fecha que pospuso hasta marzo de 2022 a raíz del coronavirus. Para este tercer regreso, las calles linderas al Lun Park se fueron llenando de remeras con su cara, banderas LGBT y un sinfín de carteles con distintas declaraciones de amor.

Cerca de las siete y media y tras la apertura de puertas, Nani Bargiano fue la encargada de poner las cosas en marcha. Acompañada únicamente por su voz y Nico Getzrow en guitarra, la cantante pop deleitó al público con covers de los ‘90 y versiones acústicas de sencillos como “Replay”. Pasadas las 21, apareció la banda que acompaña a LP y ella salió a escena con un look fiel a su estilo: camisa animal print al cuerpo, chaqueta blanca, skinny jeans negros, zapatos y sus rulos como estantarte. En un clima por demás eufórico, los acordes de “When We Touch” apenas a causa de sus fans, que inundaron el Luna Park de gritos y lágrimas de emoción y alegría.

Pergolizzi aprovechó su visita a Buenos Aires para hacer un repaso por lo más icónico de su carrera, con el foco puesto en discos como Lost On You, Heart to Mouth y Churches. Una seguidilla de canciones que hizo bailar se sucedió con ‘Goodbye, ‘Girls Go Wild’, ‘Everybody’s Falling In Love’ y ‘When We’re High’. Como si no tuviera ya al público en sus manos, LP impactó de nuevo cuando hizo mención al último Mundial.“¡Son campeones del mundo, qué orgullo! ¡Estamos muy felices y orgullosos por ustedes!”, exclamó Pergolizzi antes de pasar a dos de los temas más aclamados: “No Witness’ y “Strange”.

Lejos de quedarse quieta en el escenario, LP se pasó la hora y media de show recorriendo el espacio de punta a punta, tirando besos, saludando y contestando a los carteles que veía en el campo, con el público desplazándose adonde ella decidiera ir. Algunos momentos emotivos le pusieron un tono más nostálgico al encuentro. Primero fue en “Recovery”, donde pudo lucir su voz y sus increíbles agudos frente al estadio lleno, y se percibió aún más en “Churches”. La canción que da nombre a su último disco remite a las dificultades que tiene Pergolizzi a la hora de acercarse a la religión, y donde le da carácter de iglesia y lugar sagrado a los brazos de su amante. All fue cuando se alzaron varias banderas LGBT como muestra de apoyo no solo a LP, sino a gran parte del público presente.

LP

Pese al calor, en el Luna Park se respiraba un espacio de comunidad cuando llegó el turno de cinco canciones de Churches que se perfilaban entre las más esperadas: “How Long Can You Go”, “The One That You Love”, “Yes”, “My Body” y “Can’t Let You Leave”. Durante este tramo, LP aprovechó para anunciar que está trabajando en un nuevo álbum y reveló que sin duda regresará a Argentina: “Sé que tengo muchas ganas de volver. No puedo prometer venir este año de nuevo, pero nunca se sabe…”, dijo y arrojó la incógnita al aire.

Al poco tiempo, Pergolizzi hizo lo suyo una vez más y dejó boquiabiertos a todos los presentes con los agudos inalcanzables de “Muddy Waters”, “Tightrope” y “One Last Time”. A esa altura, su público parecía haber acusado recibo de que era inminente la llegada de ‘Lost On You’, el himno que catapultó a la cantautora a la fama. Ante ese acontecimiento, gargantas y flashes de teléfonos celulares se prepararon para acompañar a LP en el último tramo. Como parte de un pacto silencioso, ella se tomó la libertad de no cantar el último estribillo de su canción más icónica para que fuese su audiencia la que tomase las riendas.

Antes de abandonar el escenario, Pergolizzi rompió la cuarta barrera y decidió bajar a saludar. A lo largo de la fosa, LP firmó carteles, fotos y brazos. Se sacó fotografías movidas y fuera de foco, agarró de las manos y repartió besos, tomó algunos celulares y siguió capturando el encuentro con cada cámara de la que tomaba posesión. Los fans se amontonaron en el campo para intentar verla de cerca y conseguir algo más de ella, como quien quiere algo más allá de la experiencia de cantar a todo volumen canciones sobre desamor y soledad rodeado de otras miles de personas.