17/03/2018

Liam Gallagher apeló a los clásicos para su show en Lollapalooza

Una pelea sin cuartel contra los demonios internos.

Liam Gallagher

Liam Gallagher entró al main stage 1 con la pendenciera “Fuckin’ in the Bushes”, la misma canción con la que históricamente arrancaban los shows de Oasis. Entró al escenario como Brad Pitt entró al ring en Snatch, Cerdos y Diamantes. En este caso, la pelea es a dos frentes: por un lado, contra la frustración de querer revivir un pasado que su hermano mayor se niega a impulsar y, por el otro, con las limitaciones de sus propios recursos, sus canciones y su garganta.

Liam no oculta sus intenciones. De las 13 canciones de su set (una versión reducida de la lista de su sideshow en el DirecTV Arena), ocho fueron clásicos de Oasis y las cinco restantes de su debut solista As You Were. El metamensaje es que no puede sostenerse solo. Hace lo que puede, con lo que tiene. Pero, por suerte para él, tiene una valiosa prótesis hecha de un repertorio de canciones gigantes enraizadas en el imaginario colectivo rockero. En ese sentido, el comienzo fue con artillería pesada: “Rock N’ Roll Star” y “Morning Glory” fueron directo al grano, dándole al público festivalero lo que quiere y a él el estímulo que necesita.

“Greedy Soul” y “Wall of Glass” bajaron el éxtasis colectivo y fue justamente ahí el momento en que comenzó a trastabillar. Sin embargo, su problema mayor apareció en el dúo “Bold” y “For What It’s Worth”, dos semibaladas lennonianas, en las que quedaron expuestas la restricciones de su voz. Hizo su mayor esfuerzo, pero no alcanzó. Se lo vio incómodo y ofuscado; terminó habiendo algo de sinceridad cuando cantó “Seré el primero en decir / cometí mis propios errores”.

Antes de que todo se resquebrajara, Liam se volvió a nutrir del oasis inagotable. Sin resolver las deficiencias de sus cuerdas vocales, pero sintiéndose más cómodo, “Some Might Say” (con dedicación a los fans que lo esperaron en el hotel) y “Slide Away” volvieron a poner arriba al público. “You Better Run” le dio la última excusa más para justificar su presentación solista y “Be Here Now” fue la antesala del segmento himnos: “Wonderwall”, “Supersonic”, “Cigarettes and Alcohol” y “Live Forever”. Para la última canción, su baterista lo suplantó en aquella estrofa emotiva que dice “You and I are gonna live forever”: no siempre se pueden ganar todas las peleas.