
A minutos de comenzado el show de Las Pelotas en el Personal Fest Verano, en el Centro de Convenciones de Salta, el público ya se había aglomerado en tres bloques bien definidos: una primera línea de ataque de fans dispuestos al pogo, una capa central de adolescentes que aprovechaba el evento para adentrarse en la obra de Germán Daffunchio y compañía, y una franja adicional de seguidores que prefería perder en cercanía para ganar en comodidad. Así las cosas, la banda debía conectar con cada una de esos segmentos, uniendo la exigencia de hits de los sets festivaleros con el recorrido profundo de su larga discografía.
En orden, y con la capacidad de crear jugadas preparadas que ofrecen casi tres décadas de trayectoria, el grupo radicado en las sierras cordobesas se abocó a la tarea. "Siento luego existo", en su doble rol de una-que-sabemos-todos y declaración de principios, logró su cometido desde el inicio: banderas flameando en el frente, cuerpos en movimiento al medio, caras de satisfacción en los costados. El resto del primer bloque de canciones, que se movió entre "Si supieras" (Máscaras de sal, 1993) y "Víctimas del cielo" (Brindando por nada, 2016) hizo dialogar a lo viejo con lo nuevo con hidalguía.
El éxito de ese cruce entre clásicos y actualidad se justifica, indudablemente, en la relación entre público y banda. "Los temas de Brindando por nada entraron a la lista sin problemas, y la gente los pide", explicaba la bajista Gabriela Martínez minutos antes del show, en un breve diálogo con Silencio. "Cuando presentamos Esperando el milagro en Obras nos pasó lo mismo: el disco había salido hace poco, la gente ya se sabía los temas y para nosotros fue una gran sorpresa", recordaba. Cimentado a base de humoradas ("Qué linda que es Salta, tendrían que haber hecho la Capital acá", lanzó Daffunchio para impulsar la negativa general), el vínculo funciona.
De los coros de "Ya no estás" a la introspección de "Hasta el fondo del río", y de la arenga multitudinaria de "Escondido bajo el brazo" a la interpelación con las manos arriba de "Cuándo podrás amar", Las Pelotas llegó al cierre logrando interpelar de punta a punta al campo. De allí en más, el resto del set buscó apuntar a la memoria emotiva general, partiendo de "Capitán América" -con los integrantes de La Franela, que los habían precedido, sobre el escenario- para dar paso a una serie de bises no programados. "Qué lindo sería encontrarse con Donald Trump, decirle basta", versionó el cantante sobre la letra de "Shine", el primero de los extras; "El ojo blindado", "Uva uva" y "Sin hilo" completaron una lista que se extendió más de media hora por sobre lo estipulado. Los millennials se fueron tarareando una de Sumo, la generación X cumplió sus expectativas: la apuesta multitarget logró su cometido.