21/03/2022

Foo Fighters en Lollapalooza 2022: cuadro de honor rockero

Lo mejor de vos.

Rodrigo Alonso / Gentileza
Foo Fighters

¿Dave Grohl está a punto de desbloquear un nuevo nivel de tribunerismo? "Ustedes son la fuckin' banda, no nosotros. Ustedes lo saben, yo lo sé, lo sabe todo el mundo: ustedes son los motherfuckers más locos del mundo". La segunda parte de la frase ya la dijo un par de veces durante el show con el que Foo Fighters cierra el escenario principal de Lollapalooza 2022. Pero acaba de pasar "Breakout" entre un mar de linternas de celulares y el ex Nirvana está visiblemente emocionado. ¿Su público argentino acaba de desbloquear un nuevo nivel de entrega al sexteto estadounidense? Quizá, pero todavía falta que un tipo atraviese la multitud con una pintura de un metro y pico con el rostro del cantante hasta que finalmente llegue a las manos de éste. El pintor en cuestión anduvo todo el día con el cuadro a cuestas para que Grohl le dijera "Es fuckin' hermoso, man". Hay uno que esta noche no duerme.

Pero no debe haber sido el único: unas 70 mil personas volvieron a generar ese juego de ida y vuelta que Foo Fighters propone sobre el escenario y que -según el propio Grohl y no de ahora- sólo acá encuentra "motherfuckers" tan locos. La fórmula ha sido testeada en todo el mundo y por varios otros antes que FF: a la manera de lo que hicieron los Stones durante décadas, en cada gira suenan un par de temas del último disco ("No Son of Mine" y "Shame", de Medicine at Midnight), alguna sorpresa ocasional y los hits que ninguno de los presentes se ha cansado de escuchar.

"Times Like These" para el comienzo, "The Pretender" y "Learn to Fly" pegaditas: la fórmula estaba en marcha. Entre las dos nuevas, "The Sky Is a Neighbourhood", extraña sobreviviente en la lista que quedó del disco anterior, Concrete and Gold. Después, el océano de luces y la catarata de hits: "My Hero" (que arrancó chiquito y terminó explotando, otro recurso al que Foo Fighters echó mano a menudo), "These Times" y "Walk" (faltó decir "a ver esas palmas", pero el gesto estuvo). Breve interludio: presentación de los integrantes de la banda, Taylor Hawkins pasó al frente a cantar, Grohl le "invadió" su banqueta y "Somebody to Love" de Queen le permitió al público apreciar a uno de los mejores bateristas de rock de todos los tiempos haciendo lo ya no hace demasiado.

Siguieron más de esas que cualquiera escuchó en la radio ("All My Life", "Run", "Wheels" y "Best of You") hasta la sorpresa de la noche. Bah, algo se podía inferir con la inscripción "Foo's Addiction" en el bombo: como en Lollapalooza Chile, Perry Farrell se subió a cantar "Been Caught Stealin", de "Juana's Adicción". La presentación a cargo de Grohl fue un momento gracioso: "En el 91 fuimos a Los Ángeles con mi banda de entonces y descubrimos que había algo llamado Lollapalooza, donde estaban todos mis artistas favoritos", soltó. Obviamente, el público empezó a gritar "Nirvana, Nirvana". "Bueno, no quería decirlo yo -se rió el cantante-. Así que fuimos con Kurt...". Ahí el grito viró a "Kurt Co-bain, Kurt Co-bain". Y entonces hubo sobre el escenario un Jane's Addiction, un Nirvana y un Germs (el guitarrista Pat Smear), como para poner un modesto pie de página en algún libro de historia del rock.

"No me gusta decir adiós porque sé que vamos a volver pronto", soltó Grohl después de "Monkey Wrench" y como introducción para "Everlong". Por un rato hubo guitarras, headbanging y público con remeras negras extasiado en medio del colorido en pantallas 18.000k de Lollapalooza. Nadie va a pedirle innovación a Foo Fighters ni tampoco tiene por qué erigirse en la salvación del rock. A los efectos de los motherfuckers más locos del mundo y de su "guía espiritual", la noche fue como para ponerla en un cuadrito.