
Las carreras de Doja Cat, Nicki Nicole y Taichu tuvieron un quiebre en los últimos dos años. A diferentes escalas y con distintos recorridos, la estadounidense y las dos argentinas cruzaron su umbral de popularidad primero en las redes, con sus videos, y luego llevando su música de forma presencial a miles de escenarios. Lo digital, particularmente en el caso de Doja Cat y Taichu, se incorporó a la estética y al sonido de sus canciones. Con tracks pop que coquetean con el rap y otros géneros, las tres demostraron en distintos escenarios del Lollapalooza que son un poco más que fenómenos virales.
Doja Cat sabe tocar todos los botones para hacer del show un evento pop satisfactorio. ¿Voz para desplegar en momentos melódicos de R&B? Tiene. ¿Aire e ingenio para los pasajes más raperos de sus tracks? Tiene. ¿Actitud, gracia, encanto para conversar con el público en su primera visita a la Argentina? A esta cantante y bailarina también le sobra. Sobre esa base sólida, Amala Ratna Zandile Dlamini, con la cabellera de Betty Page color rosa chicle y un outfit a tono, pasea por una decena de canciones igualmente diseñadas para el éxito.
No necesitó de toda la parafernalia del escenario para sostener este show, sin embargo, la tuvo también. La banda, que primero la presentó con una intro de guitarras potente -e inesperada para el repertorio de la estadounidense- dio pie al setlist con "Rules" y Juicy" y la acompañó en varios de los tracks que la convirtieron en tendencia en TikTok durante los últimos meses, como "Woman" y "Streets". Para el cierre del show, Doja Cat se acercó a una batería electrónica en "Tia Tamera" y desplegó algunas coreografías más elaboradas junto a su grupo de bailarinas. Doja Cat tiene la fama que le dieron las plataformas, pero también el ritmo y la sustancia suficientes para brillar en un show con público presencial.
Si el peso más grande de Nicki Nicole en sus presentaciones primeras tenía que ver con su exposición, que había llegado mucho antes que su experiencia como artista en el escenario, eso parece haber quedado superado hoy. Al menos es lo que deja ver su paso por la segunda jornada del Lollapalooza 2022, dos álbumes después de aquellas fechas en las que todavía intentaba ganar seguridad frente a una base de seguidores que habían llegado gracias a sus videos. Entre la artista joven algo inhibida y esta cantante que toma las riendas de su concierto pasaron muchos shows debajo del puente.
Desde uno de los escenarios principales, Nicki Nicole manejó tiempos y espacios: comenzó su presentación con “Colocao” y “Mala vida”, dos de los hits que lanzó durante la cuarentena e invitó a Emiliano Brancciari, de No Te Va Gustar, para interpretar juntos el track que le valió una nominación a Mejor canción de rock en los Latin Grammy del año pasado. “Es muy importante que tomemos conciencia de lo que está pasando en el mundo, muchas mujeres son asesinadas todos los días”, comentó en una breve reflexión con la que presentó “Venganza”.
Después de entregar una versión de piano y voz de “Plegarias”, Nicki pegó toda la vuelta y volvió sobre sus primeros pasos en dos movimientos. Primero, con “Wapo traketero”, el hit con el que millones de oídos se volvieron sobre ella casi al mismo tiempo en 2018. Después, con la invitación para “YaMeFui”, se sumaron dos referentes que fueron clave en el inicio de su carrera: Duki, -el primer gran nombre de la escena en darle visibilidad- y Bizarrap -que la invitó a protagonizar la session número 13 de su ciclo de producciones-.
La estética dosmilera le sienta bien a Taichu. El sábado a la tarde, la trapera subió al escenario Perry’s del Lollapalooza lookeada como la Rihanna de Good girl gone bad (2007), a la que más tarde homenajeó cantando a capela un fragmento de “Umbrella”. “Esa es la única canción de amor que van a escuchar en este show”, aclaró sobre una de sus influencias más marcadas, por si quedan dudas de que ella elige narrar más menesteres nocturnos que historias de amor romántico. “Toy vacía y lonely, lo lleno con Molly”, canta en “Free Dolly”, después, acompañada de MOLOK0, dispara otro de sus hits: “Toy cansá de no poder dormir, mezclando pastilla con jugo Hi-C”.
Más tarde marcó la cancha con “No nos llegan”, de la mano de la española Juicy BAE, que la tarde anterior estuvo en el mismo escenario para acompañar La Joaqui, y a la que el público argentino ya recibió como a una local. Parada en el borde del escenario, Taichu fue del trap al pop, twerkear e incluso agitar un incipiente pogo, como en efecto hizo hacia el cierre del show, acompañada de Saramalacara. Siguiendo el devenir cronológico de las secuencias tóxicas, la cantante de 20 años interpretó su oda a la hidratación que es “Water”, en uno de los puntos más altos (y esperados) del show.