
Viva Pappo
Escenario temático Heavy Metal. 18.56 del sábado. "Te amo, viejo", dice Luciano Napolitano y en su antebrazo izquierdo se lee "Pappo", el día en el que se cumplen 12 años de la muerte de su padre. Acto seguido, Lovorne, el trío que lidera el vástago, sacude una versión de "El viejo" con mucho de rock duro y poco de blues. Unos minutos antes, La Naranja había iniciado los homenajes al Carpo con "Que sea rock" y más tarde, con Viticus, el recuerdo sería aún más explícito. "Esto es lo más parecido que van a ver a Riff", dijo Vitico para que Luciano volviera al escenario secundado por Boff. Con imágenes de Pappo y Vitivo en blanco y negro, "Sube a mi voiture", "Susy Cadillac", "Forastero" y "Macadam 3,2,1,0" fueron los elegidos para recordar al grupo que llevó el hard rock argentino a su punto cumbre. Al mismo tiempo, Nicolás Bereciartúa, hijo de Vitico, tocaba en el otro extremo del predio con la Rich Robinson Band, del exguitarrista de los Black Crowes.
Juanse, Ciro y los demás
Pero hay padres que no necesitan estudio de ADN para reconocerse como tales. Así como existe un Cosquín Rock, también existe un rock Cosquín, un rock que nació antes que el festival pero que se legitima año tras año en él. Porque no importa si en el escenario heavy Malón arrolla con temas propios y recuperando la obra de Hermética. Tampoco importa si, en plena tarde, Los Antiguos combustionaban a puro machaque y antes de "Los Grises" pegaban el riff de "Black Night" de Deep Purple con Pato Larralde desgarrando su garganta y combinando jean con jean (porque así es el heavy metal). Lo que importa en (y a) Cosquín, lo que queda en la asociación directa con el festival, es ese rock stone-rolinga deudor de Los Piojos y Los Ratones Paranoicos que agita banderas durante toda la jornada al pie del escenario principal.
El mismo escenario en el que a las 2.20 a.m. Andrés Ciro invitó a Juanse a tocar la guitarra en "Genius". Más como acto de justicia -en esta etapa de revaloración que está viviendo el músico más caricaturizado del rock argentino- que como encuentro emotivo, Juanse probó sus dotes de guitarrista avezado sobre el tema que Los Piojos grabaron en Azul (1998). Antes y después, lo de Ciro y Los Persas fue una demostración de cómo llevar lo stone al alfabeto rioplatense desparramando todos los recursos a disposición: desde el rock and roll clásico de "Banda de garage" hasta el costado cancionero con "Ando ganas", que le ganó a "Todo pasa" en una votación a mano alzada.
Si lo de Ciro (desde Los Piojos hasta la actualidad) es una transliteración del lenguaje que inventaron Jagger & Richards, lo de Los Ratones Paranoicos fue una traducción de ese mismo lenguaje -cuando en el rock argentino traducir estaba ok- con el agregado del costado callejero de Lou Reed. "Es sábado a la noche, yo quiero estar acá", cantó antes Juanse en la carpa Ceremonia Geiser. Y aunque aún no era de noche, la frase de "Damas negras" bien vale como análisis de esta sobrevida del ex Ratones. Con una banda sólida y con sus propias habilidades en foco, Juanse logró, por única vez en el día, que las banderas se trasladaran de escenario para verlo dar sus zarpazos guitarreros de antaño. Porque por más que Gori sea parte de la formación que lo secunda y el indie lo haya homenajeado en Ceremonia, lo de Juanse & The Band es el rock and roll (con y sin el "nene" al final).
Desde Barrio Viejo hasta Guasones, por el escenario principal desfilaron bandas que, con mayor o menos tino, descienden directamente de Juanse y Ciro. "Calentando motores que la serenata es larga", dijo bien temprano Daniel Osvaldo, que canta con el mismo amateurismo con el que jugó los últimos partidos en Boca. Cuarenta minutos más tarde, Ojos Locos se repitió entre yeites perimidos y referencias arrabaleras. Después de su versión del tango "Volver" (la conexión, aquí, es con Los Piojos y "Yira" en Chactuchac), Martín Martinez divisó una remera de Callejeros y pidió que "ojalá pronto tengan justicia y estén libres para tocar en este festival". Bueno.
El Bordo, en su décima participación en Cosquín, volvió a ofrecer bastante más que sus congéneres gracias a su factor diferencial: haber procesado el grunge. Con Ale Kurz como dueño y señor de las tablas, convivieron clásicos ("En la vereda", "Cansados de ser") y recientes ("Corazones olvidados"). En el medio, un pedido más sensato y atendible que el de Martínez: "Que este año no haya más femicidios, che". Los Gardelitos representaron un caso singular en esta suerte de mapeo del rock argentino de linaje stone que propuso el primer día del festival. Si bien su apuesta fue clara y palpable canción a canción, la fórmula se reiteró con pocas variantes y sin frescura. Así, "Comandante Marcos" y "Al pie de la letra" parecen cortados con la misma tijera, por más que Eli Suárez -con una mano derecha deudora de la de Tavo Kupinsky- y Diego Martín Rodríguez alternen el comando de las voces.
El paso de Guasones no tuvo fisuras gracias a una propuesta austera de guitarras al frante. "Farmacia" y "Como un lobo" mostraron el costado más rutero de Soto y compañía, mientras que "Reyes de la noche" retrotrajo la memoria a los años radiales y "Me estás tratando mal" sumó el costado calamaresco en el verso "voy al baño y enseguida estoy con vos". Después de que los platenses pusieran fin a su set, Ciro y Los Persas se dispusieron a cerrar la primera fase del festival luego de varios minutos de retraso y una consigna como toma de posición: "Dame aliento, sangre, sudor y tiempo / y te haré rock and roll".
Los Pericos y la fiesta interminable
"Bienvenidos, chicos, a los 30 años de Pericos", saludó Juanchi Baleiron en la primera de las tres entregas consecutivas que hará el grupo en el festival, a razón de una década por jornada. Y el repaso inicial fue directo a poner a saltar a todo el Espacio Alternativo con "El ritual de la banana" y "Eu vi chegar" con Santiago Aysine, de Salta La Banca". Los problemas de sonido pusieron a prueba el oficio de Los Pericos para que el clima festivo no decaiga ante la adversidad, y la solución fue improvisar una jam de percusiones y baile hasta que pudieran continuar con el programa. Corvata (Carajo), Ale Kurz y José Palazzo completaron la lista de invitados. Para el rescate emotivo, quedaron algunos incunables como "Movida rastafari" y "Jamaica reggae"; por el lado de los infalibles: "Home sweet home" y "Sin cadenas".