30/12/2016

El Perrodiablo - "Ni perdón de Dios"

El festival de Doma y garage.

Violeta Capasso / Gentileza

No todo es necrológicas en los últimos días de diciembre. A dos años de Cacería, El Perrodiablo anunció para el 2017 la llegada de La otra dimensión, y a la noticia la acompañó un primer adelanto, "Ni perdón de Dios". Para celebrar las buenas nuevas, el equipo de Silencio subió el volumen, revoleó un par de botellas vacías y después dijo esto:

Gerardo Barberán Aquino: Son tres segundos de intro que remiten a los separadores de That 70's Show, la sitcom que en su cortina musical logró un tremendo crossover entre Big Star y Cheap Trick. Los tres minutos y cincuenta y cinco segundos siguientes son el resto de algún capítulo en el que Eric, Donna, Kelso, Fez y Hyde van a un recital de Ted Nugent. Hubo un cambio de manos en las perillas de la consola y seguramente a eso se deba que el sonido de lo nuevo de El Perrodiablo venga cubierto con un poco más de polvo que su trabajo anterior.

Sebastián Chaves: "No creo que tengas perdón de Dios", grita el Doma de la misma manera que sobre el escenario grita "¡Viva Perón". En ningún caso importa la ideología ni la teología, lo que importa es el valor gimnástico, casi fálico, de ambas alocuciones. Lo que suena detrás es, en consonancia, cock rock puro y duro, sin vueltas ni reflexiones, representado de manera icónica con la fuerza de la rr. Esa que resuena despiadada cada vez que se nombra a El Perrodiablo.

Miguel Mora: Una distorsión sucia que parece escapada del sonido acuñado a principios de los setenta en Detroit; un cantante que te torea con versos como “confronté con la pared” o “tuve que elegir un pecado”; una base que arrolla y un remolino de riffs que dan en el blanco quedan flotando en el aire o llenan cualquier hueco. El tema nuevo de El Perrodiablo es una lección de actitud y rock despojado de boludeces que tienen la magia de hacerte sentir que los tenés tocando ahí, delante de tus narices. Como de esas que, lamentablemente, poco abundan en el rock argentino. Esta primera entrega del futuro disco, “Ni Perdón de Dios”, es otra muestra de que El Perrodiablo no suena a Fito Páez y sí a MC5. Por suerte.

Joaquín Vismara: "Ni perdón de Dios" viene a enmendar una deuda que hasta entonces figuraba como pendiente en la discografía de El Perrodiablo: reproducir en el estudio la fiereza de sus presentaciones en vivo. Un bajo distorsionado camina con pies de plomo hasta que la batería y dos guitarras en saturación constante construyen su lectura del raw power que instauraron Iggy y los Stooges. Con la garganta en carne viva, el Doma dispara Si el límite no se corre, me corro yo”, y nadie se animaría a discutírselo.