
Pasaron casi seis años desde que Massacre publicó Biblia Ovni, su último disco de estudio a la fecha, pero el primer indicio de la nueva versión de la banda ya está aquí: "Mariposa" es el adelanto del próximo álbum y cuenta la producción de Gustavo Santaolalla (que además canta y toca "instrumentos secretos y no convencionales", según el anuncio). El equipo de Silencio se subió al skate, se pegó flor de porrazo y después opinó sobre la canción.
Joaquín Vismara: Aunque el nombre de la canción y la presencia de Gustavo Santaolalla puedan sugerir una evocación bucólica y pastoral, la lisergia de "Mariposa" es sumamente citadina. Con un arpegio radioheadeano como punto de partida, Massacre construye una psicodelia de hormigón, y su cénit llega cuando un theremin busca disputarle el protagonismo a la guitarra durante el solo. "Mi intención es casi siempre buena", dice Walas, coronado ya como un perdedor hermoso, mientras los sonidos se descomponen y reagrupan como en un caleidoscopio a plena luz solar a la vera de un skate park.
Roque Casciero: "¿Viste? No existe el mundo que nos quiso atar / ¿Viste? Tejimos redes que nos unen más", cantan Walas y Gustavo Santaolalla, en una suerte de reafirmación de los pasos dados tanto por Massacre como por el ex Arco Iris. ¿Quién hubiera imaginado semejante encuentro en las épocas en las que la banda transitaba sótanos a los que llegaba en skate? Pero esas redes se tejieron y hacen posible una canción como "Mariposa", en las que una módica dosis de psicodelia le agrega un nuevo color al quinteto.
Juan Facundo Díaz: “Yo sabía que a la larga, Mariposa, rondarías mi jardín / Según dicen soy un gato medio bardo / Entonces, Mariposa, ¿qué te trae por aquí?”, arranca cantando Walas y hace una pregunta con un dejo de advertencia. Si la combinación de Massacre y Juanchi Baleirón en producción ya tuvo resultados exitosos con El Mamut, quedaba por ver qué podría salir del junte con Santaolalla, productor estrella y Rey Midas de canciones. Esa mariposa, con rasgos delicados e impolutos, tal como la figura del ex Arco Iris, llega a lo que en algún momento fue el pantano de Massacre. Lo que alguna vez fue mugre, desparpajo, performance y violencia guitarrera, hoy es un estribillo cancionero y delicado. ¿Qué te trae por aquí, entonces, Mariposa? Massacre quizá todavía no tenga la respuesta, pero por las dudas limpió la casa por si llegan visitas.