

Independiente
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En el estribillo de “MELÓN VINO”, Wos enumera las cosas que tiene: estudio, un colchón y amigos un montón. Pero entre sus logros como freestyler, la consiguiente exposición y este, su primer disco solista, la lista de cosas que tiene Wos es casi infinita. Talento, prestigio, premios, reconocimiento, carisma, discurso, followers, amor, desamor, ron con limón, melón, vino y un "flow demasiado argentino". Y casi todo eso convive en los menos de 20 minutos que dura CARAVANA, su gargajo de protesta y cariño que escupe con dureza y simpleza.
En apenas siete canciones (como caído del proyecto Wyoming de Kanye), el disco pasa por esos tópicos en músicas igual de variadas. Porque Wos también tiene hip hop hardcore (“CANGURO”), tiene trap melódico (“MELÓN VINO” y “NO VA A BAJAR”), tiene boom bap espeso (“PANTANO”), tiene post reggaetón (“OKUPA”) y tiene rap rock (“LUZ DELITO”). Miembro de la generación playlist, no necesita habitar (ni reinicidir en) cada cosa para tenerla. Y así se conforma CARAVANA, como hip hop de amplio espectro para curar todos los males de este mundo; sea con blisters y parissienes, con los vientos bailables de “FRESCO”, con un riff o una cita de Los Redondos, con drogas que pasan de boca en boca o, simplemente, con responsabilidad afectiva.
¿El elemento unificador? Su flow vertiginoso de aristas duras. Wos rapea como líder de masas que apila conceptos y emociones, es un jefe del tablón que ganó el centro de estudiantes. Con todo lo que eso implica, la vehemencia con la que escupe barras en modo batalla de gallos (prestar especial atención a la fuerza con la que pronuncia las pe), mantiene un nivel de intensidad altísimo pero también lo vuelve predecible. Hablar en contra de la meritocracia y decirle a alguien “Te vi un rato y se me fue lo triste” quedan empatados por un fraseo que en pocos momentos tiene la búsqueda de matices como prioridad.

Wos va al hueso, plantea la idea y ahí se termina. No hay lugar para el desarrollo. Como un tuit bien escrito, con el impacto es suficiente: a nadie le interesan los hilos. Pero incluso en esas formas breves, casi no hay espacio para escaparle a la estructura de la canción. Hay estribillos y todo lo amorfo que se puede encontrar en Duki, por ejemplo, acá queda reducido a gestos. Como en "LUZ DELITO", cuando, como si se hubiese trabado en pleno freestyle, juega al error, atropella versos que no terminan y cierra: "La incoherencia me seduce".
Aplica en el arte, aplica en la vida.
Esa incoherencia seductora (otra vez, ver Kanye West), sin embargo, es lo que le falta a CARAVANA, que, desde lo musical, se vuelve políticamente correcto. Si Wos es ese pibe capaz de acumular recursos mejor que nadie a la hora de improvisar, la composición de sus canciones remiten más a un pasado cristalizado que a un futuro (im)probable. La dicción de sus letras y su contenido son claros -todo está puesto al servicio de ellas-, pero el medio también es el mensaje. Y cuando el discurso es progresista pero la música no... 🚨 ALERTA CANCIÓN DE PROTESTA 🚨
CARAVANA tiene la fuerza de un meme que se hace viral: golpea, se entiende en la primera impresión, y dan ganas de volver a él y compartirlo con amigues. En una batalla, en un show, en una canción, en un disco... Wos puede entregar más punchlines que nadie. Puede hacerlo de mil maneras, siempre va a encontrar la forma. Resta por saber si también puede (y quiere) ir un poco más allá. Armar su propia historia sonora, poner a prueba los límites de su flow imbatible. Wos tiene con qué. Porque Wos tiene.