Las Armas Bs. As. - "Vol. I"

Tal como en su momento lo hicieran Adrián Caetano en el cine con Un oso rojo (2002) y Leonardo Oyola en literatura con su novela Hacé que la noche venga (2008), Las Armas Bs. As. llevan el imaginario western al plano del rock local en las las 13 canciones que componen Vol. I, su primer larga duración. Y para instalar la idea, el trío procede trastocando yeites bluseros y lugares comunes en un nuevo contexto. Así, Mister (guitarra y voz) se mete en las entrañas de la Ruta Provincial 29, aun sabiendo que "la llanura traerá más llanura", a bordo de una base que cabalga con el objetivo claro y mantiene su velocidad a puros latigazos guitarreros en "Dandy bonaerense".

Y es ese dandy bonaerense el protagonista de todo el disco. La figura de este macho viril de "bigote y gesto parco" que le canta al (des)amor ("Camisa narco", "Malasia") y también al de arriba ("Señor", "Jesús", "La miseria de Dios") se construye en cada una de las aguafuertes que pueden durar menos de dos minutos o más de siete sin que nada se pierda en la brevedad ni redunde en las grandes formas. Como un miembro de los Hell's Angels que perdió la brújula y, en lugar de recorrer en manada las rutas de California, deambula solitario por las entrañas del país más austral del mundo, nuestro héroe no olvida que el encanto de sus historias reside en la maestría con la que pueda combinar sus falsetes medidos y su gola sensual à la Edwyn Collins post-Orange Juice.

Un poco más cercano al cock-rock de El Perrodiablo que a la desesperanza posmoderna de Él Mató A Un Policía Motorizado, Las Armas Bs. As. arriesga realidades improbables a través de un soul sucio y desprolijo tan peculiar por estas latitudes como el personaje al que dan vida en Vol I. En ese juego es donde sobresale "Frente a Frente", con un riff al que los Black Keys le envidiarían su desfachatez y un hi-hat que decanta en el (contra)tiempo justo.

"Ya hice de todo pero me siento feliz / cuando me siento como un aprendiz" concluye Mister (finalmente el indie local encuentra un cantante puesto a cantar, de esos que no abundan), sobre arreglos de vientos y cadencias risueñas para cerrar la peripecia del disco debut con una melodía que descontractura después de tanta soledad sobre ruedas. Tal vez, sentirse como aprendices brinde a Las Armas Bs. As. el ímpetu necesario para abrirse camino sin parar demasiado a replantearse responsabilidades (pero sí obligaciones), "al estilo dandy bonaerense".