05/02/2021

Foo Fighters - "Medicine at Midnight"

Todos los caminos conducen a...

7.5 10 34

Sony Music

Foo Fighters - "Medicine at Midnight"

Sony Music
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“¿Que no hicimos todavía?” Esa es la pregunta que inspiró a Dave Grohl a empezar a componer las canciones de Medicine at Midnight, el décimo disco de estudio de Foo Fighters.  A lo largo de su carrera, con el paso del tiempo, algunos artistas intentan buscar nuevos horizontes, romper sus moldes y traspasar límites, mientras que otros siguen una línea recta. Para el ex Nirvana, su banda se ubica entre los primeros. Pero, ¿qué pasa cuando la misma inquietud guía tu rumbo por más de 15 años?

En 2005, Foo Fighters sacó In Your Honor, un CD doble que contenía en un disco las “canciones tradicionales” del grupo y en el otro, temas acústicos. Sin embargo, ambos tenían el sonido clásico FF. En 2011, la banda grabó su trabajo definitivo, Wasting Light. Lo hizo de forma analógica en el garage de la casa de Grohl, con Butch Vig como productor (a cargo también de Nevermind de Nirvana) y Krist Novoselic (exbajista del legendario grupo) como invitado. Sin dudas, invocaba al espíritu grunge adolescente de los 90, pero seguía sonando a Foo Fighters. Llegó 2014 y se les ocurrió que tenían que salir de gira por Estados Unidos, grabar cada canción en un estudio de una ciudad diferente, con invitados locales y registrar todo en una serie documental. También sonaba como Foo Fighters. En 2017, decidieron llamar a Greg Kurstin -famoso por su trabajo con artistas pop como Adele, Sia y Pink-, para trabajar en la producción de Concrete & Gold. Adivinen...

En las entrevistas promocionales de Medicine at Midnight  -para el que volvieron a llamar a Kurstin-, Grohl dijo cosas como que este era su “disco bailable, de fiesta”, su Let's Dance. También hizo referencias a bandas como los Rolling Stones y Sly & The Family Stone como influencias, y aseguró que habían transitado nuevos terrenos. ¿Sería así esta vez?

Foo Fighters

“Making a Fire” abre Medicine at Midnight con un coro góspel. Algo nuevo para el grupo. La responsable de esos “Na Na Na” agudos es Violet Grohl, la hija del cantante. A medida que avanza este primer track, crece poco a poco. “¿Le tenés miedo a la oscuridad? / Sé un lugar donde podemos empezar”, canta Dave Grohl sereno en el puente hasta que explota con guitarras que sirven de colchón a su voz. Luego, aplausos y otra vez el coro en primer plano, que por uno segundos transportan al oyente una iglesia cualquiera de Harlem. Sigue “Shame Shame”, el primer single que dieron a conocer. ¿Más novedades? Un beat de batería, una melodía extraña para el grupo y la participación de Omar Hakim -uno de los baterista de Bowie en Let's Dance- en percusión, que también colabora en otros temas. Pero cuando llega el estribillo, todo vuelve a convertirse en la fórmula de Foo Fighters.

Luego aparecen “CloudSpotter”, un himno para los pesimistas en el que Grohl susurra sobre un riff de guitarra distorsionada Y “Waiting on a War”, una balada oscura inspirada en las preocupaciones de su hija Harper sobre una posible guerra. En la mitad está la canción clave, “Medicine at Midnight”. El tema funky que le da nombre al disco es un gran experimento que salió muy bien, con una muestra notable de groove de parte del baterista Taylor Hawkins. Podría encajar perfectamente en alguna publicación de los 70 de los Rolling Stones.

Después de uno de los momentos más refrescantes, el grupo vuelve a sus orígenes con “No Song of Mine”, un homenaje a Lemmy Kilmister de Motörhead plagado de distorsión, tambores frenéticos y los característicos gritos de Grohl, y “Holding the Poison”, que parece salida de algún demo de los primeros discos de los Foo: bombo fuerte al frente y guitarras enormes.

Casi al final, “Chasing Bird” ofrece un poco más de aire y otra novedad: el mayor acercamiento de la banda al sonido de los Beatles. Una combinación de acordes suaves remiten a los Fab Four, con una brillante melodía dulce en la que Grohl se lamenta: ¿“Alguna vez has tenido la sensación de que nada más servirá”?, para dar lugar a “Love Die Young”, un rock pop alegre con guiños a The Killers y a Bowie.

En resumen, Medicine at Midnight es otro disco clásico de Foo Fighters. Y es el mejor que hicieron desde Wasting Light. Es cierto que tiene pinceladas de colores que nunca habían incluido, pero por más que intenten una y otra vez hacer algo que nunca hicieron, no pueden dejar ser ellos mismos. Con todo lo bueno y lo malo que eso puede implicar.

7.5 10 34

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Foo Fighters - "Medicine at Midnight"

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